Capítulo 1

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Érase una vez una muchacha llamada Sofía. Sofía tenía 12 años (bueno, ya casi 13) y vivía sola en una casita encima de un árbol, que ella misma había construido, después de que sus padres murieran en un accidente de tráfico 2 años atrás. La cabaña era pequeña, pero acogedora y tenía 3 habitaciones: una cocina, una sala para leer, escribir o descansar y su habitación. La cocina tenía una mesita de madera y dos sillas, a pesar de que en la casa solamente vivía Sofía; la sala de estar tenía un escritorio, una butaca y un sofá; la habitación de Sofía estaba llena de fotos de ella con sus amigas, cuando todavía vivía en la ciudad y las podía ver.

Esta historia comienza un bonito día de otoño, era noviembre, para ser exactos el 19de noviembre. Sofía estaba deseando que llegase el día siguiente ya que era su cumple. A pesar de que vivía sola a la chica le gustaba celebrarlo.

Sofía se fue a recoger moras, para hacer una mermelada para su tarta de cumpleaños, pero cuando regresó, con dos cestas llenas de esta jugosa fruta, se quedó de piedra al ver que la puerta de su casa estaba abierta. La chica entró rápidamente y fue directa a la cocina a dejar las cestas sobre la mesa. Luego cruzó el salón, sin ver nada ni a nadie allí. Con el temor de ver alguien en su habitación, abrió la puerta lentamente. Sofía escuchó una respiración lenta y constante. Preguntó: "Hola, ¿hay alguien?", pero nadie respondió, así que entró en la habitación. La muchacha echó una mirada y vio un bulto en su cama. Fue directa allí y destapó a la persona que dormía en su cama, descubriendo a un chico de más o menos su edad, lleno de arañazos y con la ropa hecha jirones. Tenía el pelo alborotado, pero de un bonito color castaño claro con mechones rubios; sus labios eran de un color claro al igual que su piel. Sofía le sacudió y dijo:

- Oye, despierta, despierta. 

El chico abrió sus ojos, que eran de un marrón verdoso. En cuanto el chico la vió y puso cara de pánico.

- ¿Qué te pasa? - le preguntó Sofía.

El chico no respondió.- ¿Por qué estás en mi casa?

De nuevo silencio

- Mira - empezó a decir Sofía cada vez más impaciente - o me respondes o te vas de mi casa. ¿Por qué c*** estás en mi casa?

-Vale, vale, tampoco hay por qué ponerse así.

- ¿Y cómo quieres que me ponga? Tengo un extraño durmiendo en mi cama y no me responde a lo que le pregunto.

- Baja el volumen que me están buscando.

- ¿Quiénes? ¿Por qué?

- Quienes no lo sé. Me intentaron coger en palacio, supongo que es porque soy el heredero y quieren pedir un rescate y todas esas tonterías.

- ¡Eres el príncipe! - exclamó Sofía sorprendida.

- Sí, pero no grites - respondió el chico tapándole la boca.

Estuvieron así alrededor de un minuto, pero al no oír nada Sofía le apartó la mano al príncipe de un manotazo y le dijo:

- Por cierto, me llamo Sofía.

- Yo soy Martín.

- Vale, encantada. Te voy a explicar unas cuantas normas que tendrás que cumplir si te vas a quedar aquí. Todos los días, poco después del amanecer, ¡arriba! No admito quejas, aquí somos madrugadores. Después del desayuno salimos a dar un paseo de una hora más o menos (es necesario estar en forma). Cuando volvamos, puedes hacer lo que te dé la gana hasta la hora de la comida; para hacerla nos turnaremos un día tu y un día yo. ¿Alguna duda hasta ahora?

- No sé cocinar.

- Ya, de eso no te preocupes, que yo te enseño. ¿Alguna más?

- ¿Es necesario madrugar tanto todos los días? O sea... eh, no estoy acostumbrado a madrugar, suelo quedarme en la cama hasta que me dé la gana.

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⏰ Last updated: Mar 28 ⏰

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MAGIA EN EL BOSQUEWhere stories live. Discover now