- Brigitte... he pedido tu presencia para comunicarte sobre tu compromiso con el príncipe heredero. -Anuncio con desdén-
- Entiendo, "Duque Dubois". -Enmarco su título y no le prestó tanta atención a la noticia, ya que estaba previsto que sucedería- Si es todo, regresaré a mi cuarto.
Se inclinó ligeramente y trato de irse, pero detuvo sus pasos al oír su nombre ser pronunciado y retorno su mirada a su progenitor.
- Brigitte. -Sus fríos ojos se posaron en su hija- ¿Qué te sucede?
- (Que raro... jamás se ha preocupado por mi durante los últimos 15 años y ahora me hace este tipo de preguntas.) -Estaba molesta, pero no lo demostraría y siguió manteniendo su mirada inexpresiva en el Duque- ¿Debería responderle?
- ¡...! -Su expresión estaba desencajada y frunció su ceño- ¡¿Cómo te atreves a responder de esa manera?!
Ezio se levantó de su asiento y golpeó su escritorio con fuerza, aunque la albina no se inmutó y decidió contestar a sus reclamos con argumentos válidos.
- Es raro... -Sus ojos expresaron disgustó- Nunca ha demostrado interés... ¿Por qué de repente pregunta por mi cambio de actitud?
- ¡...! -Sus ojos se abrieron como platos-
- Ya no me molestaré en tratarlo como mi padre. -Suspiro- Además, me subasto a la familia real... Creo que será bueno que cortemos toda relación consanguínea. -Nuevamente regresó sobre sus pasos y no miro atrás- Deme algunos días y tendré mis pertenencias preparadas.
- ¡Brigitte! -Grito Ezio-
La adolecente se marchó de su oficina e ignoró los reclamos del duque y retomo su camino a sus aposentos, de esta manera se cruzó con sus hermanos mayores.
- ¡Lys! -Dante la saludo desanimado y se arrimó a su pequeña hermana- ¿Estás bien?
- Estoy bien, hermano. -Una pequeña sonrisa surco sus labios y se percató de la presencia de su otro hermano mayor- Es placer verlo en buen estado físico, joven maestro Akan. -Saludo sin mucho interés y simplemente se limitó a examinarla-
- Que pena... ya no podré verte tan seguido. -Sostuvo las manos de la menor-
- En unos días marcharé hacia el palacio imperial. -Le comento animada-
- Trataré de visitarte Lys. -Sonrió animado-
- Es hora de irnos, Dante. -Akan observó con severidad al rubio y se marchó-
- Nos vemos.
La menor observó como su figura desapareció y regreso a sus aposentos con el propósito de comenzar a empacar sus pertenencias.
[Unos días más tarde.]
Brigitte tuvo una emotiva despedida con su hermano Dante y subió al carruaje que la transportó hacia el palacio real, así que estaba consiente de que había pasado por esto varias veces antes cada regresión.
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