15.- No eres tú

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Himiko se encontraba acostada sobre la cama del peli-verde tras haber entrado, por sugerencia de este, por la ventana de la habitación para no ser descubierta por Aizawa o alguno de los otros alumnos.

Y ahora, solo esperaba a que su amado Midoriya llegara…

… pero…

-¡Chicos, ya les dije que no tengo tiempo!– se escuchó la voz del peli-verde, suspirando agotado, del otro lado de la puerta.

-¡Oh, vamos, no seas así! Somos amigos, ¿no?– se quejó Denki, infantil.

-¡Nos lo debes, Midoriya!¡Te mostré mi super colección secreta!– secundó Mineta, dando alaridos.

Deku se disculpó y, con rapidez, entró en su habitación, dejando a ambos jóvenes afuera, derrotados. Y, al cabo de unos segundos, ambos se retiraron a sus habitaciones.

-¿"Super colección secreta"?– repitió Himiko, alzando una ceja con picardía.

Deku sonrió nervioso, sin saber qué responder.

-¡N-No es lo que crees!– aseguró el peli-verde con las mejillas sonrojadas por la vergüenza.

-¿Seguro?– Himiko se levantó de la cama y se acercó al chico, abrazándolo por el cuello. –Porque creo…– acercó sus labios. –…que estaban viendo porno.– dijo.

Deku tragó saliva con difícultad, sintiendo que su sentido lógico se perdía mientras observaba los labios de la rubia.

-Y-Yo…

Himiko terminó de juntar sus labios, marcando un ritmo lento para que Deku pudiera seguirlo. Y, se separaron a los pocos minutos por la falta de aire.

-Quiero que me muestres lo que aprendiste, Izu-kun…– habló Himiko, pasando sus manos por el trabajado cuerpo del peli-verde.

"Ya valió verg"

Dabi se encontraba fuera de la residencia Midoriya, observando a una distancia prudente para no ser descubierto. Ya llegaba dos o tres horas allí parado y aún no había rastros de la rubia.

Comenzó a impacientarse.

Marcó al teléfono de la rubia, pero no atendía. Estaba apagado, seguramente.

Gruñó, molesto.

Marcó a otro número.

-¿Diga…?– era la voz de Inko Midoriya al otro lado de la línea.

-Buenas noches, señora, llamo de la UA.– mintió el azabache sonando amable.

-¿De la UA?– repitió Inko, preocupada. –¡Pasó algo malo, ¿verdad?!¡Toga-chan no ha llegado todavía y…!

Dabi colgó. Ya tenía la información que quería.

-Así que quieres jugar así, zorrita.– murmuró, apretando su teléfono hasta partirlo a la mitad.

Una sonrisa se dibujó en sus labios, al tiempo que activaba su Don.

-No eres tú a quien quiero, pero supongo que serás una buena presa.– murmuró.

Deku se sentía expuesto luego de que Himiko le quitara la camisa del uniforme, dejando su torso desnudo. La chica pasaba sus manos por sus pectorales, con fascinación…

…y sus miradas se cruzaron por unos segundos.

La chica se detuvo y se sentó sobre las piernas del peli-verde, con las piernas a cada lado de este.

-Tú también puedes tocar, Izu-kun…– dijo, sonriendo.

Deku tragó saliva y llevó una de sus manos, con temor, hasta los pechos de la rubia, apretándolos un poco. Himiko soltó un jadeo, haciendo que Deku apartara sus manos.

-¡P-Perdona!– se disculpó, sonrojado.

-No te disculpes.– pidió Himiko, tomando las manos del chico para colocarlas otra vez sobre sus pechos. –Sigue.

Deku siguió amasando los pechos de la rubia, escuchando como ésta jadeaba y gemía sobre sus piernas, haciendo que su miembro comenzara a despertar y clamar por atención también.

-¡Mierda…!– gruñó Deku, dejando de jugar con los pechos de la rubia para atender su erección.

Himiko soltó un pequeño gruñido de protesta.

-Yo me encargo, ¿si?– comentó ella, bajando los pantalones y boxer de Midoriya para liberar su miembro ya erecto y palpitante. –¿Listo?

-¿Listo para…?

Deku no terminó de articular su pregunta cuando Himiko se bajó las bragas y metió el miembro del peli-verde en ella, haciendo que a ambos soltaran un gemido al unísono.

-Haa… To… ga-san…aahh…

Deku tomó la cintura de la chica y comenzó a moverse lentamente, de arriba a abajo, sintiendo como el interior de la rubia se envolvía sobre su miembro, apretandolo de una manera que lo enloquecía.

Las embestidas de Midoriya fueron aumentando su velocidad y, con un movimiento, tumbó a Himiko sobre la cama para poder penetrarla mejor.

-¡Aahh…!¡Más!¡Dame más, Izu-kun…!– pedía Himiko entre gemidos entrecortados, con los ojos desorbitados por el placer.

Deku sonrió y activó el One for All, aumentando la fuerza y velocidad de sus embestidas. Los pechos de la chica rebotaban por los salvajes movimientos y la cama parecía querer ceder.

-¡M-Me vengo…!– gimió Deku, sacando su miembro de la rubia y corriéndose sobre su vientre.

Himiko se incorporó sobre la cama, quedando sentada, para lamer el miembro del peli-verde, quitándole los restos de su esencia.

-Podría correrme solo viéndote así.– rió Deku, acariciando el cabello de la chica.

-Hazlo. Me gusta mucho tu leche, Izu-kun.– confesó ella, relamiéndose los labios con deseo.

-Y yo quiero probar la tuya.– gruñó el peli-verde, abalanzándose sobre la chica para comenzar a chupar uno de sus pechos.

Tras varias rondas de sexo, ambos se quedaron profundamente dormidos debido al cansancio. Deku ni siquiera se molestó en sacar su miembro de la chica tras acabar.

-¡…!– Deku emitió un gruñido al escuchar el tono de su teléfono, indicando una llamada entrante.

Pensó en ignorarla y seguir durmiendo, pero recordó que Himiko se había quedado a dormir con él. Y quizás, su madre estaría preocupada.

Salió de la rubia, escuchándola soltar un gemido en sueños, y atendió el teléfono.

-¿Diga…?

-¿Midoriya Izuku?– era la voz de un hombre. Se enderezó en la cama.

-Sí, soy yo. ¿Quién habla?

-Llamamos desde el hospital general, su madre…

Su sangre se heló.

💉💉💉

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Me motiva mucho para continuar escribiendo

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-Tras una apasionante noche, las sombras se ciernen sobre ambos amantes. Y el fuego azul consume todo lo que aman.
¿Inko estará bien?
¿Esto será solo una advertencia o el inicio de una masacre?

Descúbrelo en el próximo capítulo:
Sin nadie más

Quería salvarteWhere stories live. Discover now