La llegada del hermano mayor

1.2K 134 63
                                    

Gritaste de la emoción haciendo que la gente cerca de ustedes los mirara de forma extraña. Jataka se acercó a ti y te abrazo fuertemente pero con dulzura. Su sonrisa era tan grande como la tuya.

- ¡Que alegría volver a verte! - se escuchaba emocionado

- A mi también - dabas pequeños saltitos

- Bueno, tú sabes que siempre eres bienvenida a mi palacio - se apartó un poco de ti y te tomó de ambas manos - pero dejaste de visitarme ¿Porque lo hiciste?

- Discúlpame enserio - dijiste apenada - esque... Por alguna razón o por otra no podía ir

- Si, sé cómo se llaman esas razones - reía - Siddhartha puede llegar a ser muy controlador ¿o no? Lo cuál me parece irónico

- Si, de hecho si - sonreiste - ¿Qué haces aquí? ¿Fue él quién te pidió venir?

- Bueno algo así. Decidí venir cuando supe que él iba a pelear. Y ayer me pidió que te hiciera compañía en las gradas. Y claro que no me lo tuvo que decir dos veces, yo acepté encantando.

- Gracias - te sonrojaste un poco. Jataka te resultaba muy encantador y atractivo

- Aunque se suponía que tú no tendrías que estar aquí - arqueó una ceja y te miró de forma acusadora

- Lo sé, lo sé - suspiraste - tu hermano ya se encargó de regañarme por eso

- Me imagino. Y también por haber ayudado a ese humano ¿O no?

- Ah si... Por eso jejeje si,también

- No cabe duda que has volteado la vida de mi hermano - volvió a reír - pero bueno, se ve que a él le gusta

- Si... Yo no estoy tan segura - mentiste un poco - siempre dice que lo saco de quicio

- Es muy dramático. Siempre lo ha sido, pero no le hagas caso. Ahora ven, te llevaré con los demás

Te tomó de la mano y caminaron hacia las gradas. Jataka tenía apartada una gran sección que estaba delimitada por algún tipo de guardia real. Al parecer aún en aquella parte de la existencia mantenía su categoría de rey. Los lugares eran de primera fila. Reconociste a lo lejos un par de siluetas, eran socrates, Jesús y Confucio, quienes al verte caminar de la mano de Jataka saludaron emocionados.

- ¡Miren ya llegó! - exclamó Confucio mientras corría hacia ti para abrazarte

- Sssshhhh Controlate - le pidió socrates. Trató de jalarlo de su ropa pero éste se escapó - ¿Porque está tan ansioso? No es propio de él

- No lo sé. Siempre se pone así después de haber comido algunos dulces de Buda pero hoy solo lo he visto tomar agua - Jesús se cruzó de brazos

- ¿Tú se la diste? Porque entonces estoy seguro que eso no era agua - le dió un ligero codazo a modo de broma

- Sólo he hecho eso una vez y fue porque mi madre me lo pidió - suspiró enojado

- No, no - reía y negaba con su dedo índice- te he visto hacer eso más de una ocasión. Buda lo confirmaría

- No empieces con tus chistes malos Sócrates - lo miró serio - hoy no estoy de humor

- ¿Qué? No me digas que tú también estás ansioso

- Cálmense ustedes dos - Jataka se sentó cerca de ellos - seguramente está así por la adrenalina - refiriéndose a Confucio

- Pero si la pelea no ha comenzado. Me extraña que no pueda controlarse un poco - Sócrates se sentó también, Jesús a su lado lo imitó

LA PROTEGIDA DEL DIOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora