𝗠𝗔𝗙𝗜𝗔 𝗥𝗢𝗝𝗔

O5.

En el mundo de Jake, el segundo género era un factor importante para definir tu futuro. De este dependían elementos importantes de tu día a día; posición, educación, salud, trabajo e indudablemente la pareja que te acompañaría toda tu vida.
A pesar de que Jake se crió en una familia acomodada, las desventajas como omega no dejaron de estar presentes, haciendo que la presión en sus hombros creciera a lo largo de su vida.

Todo eso sin contar que la ausencia de su madre sólo hacía más difícil las cosas para él y su vida en casa.
Prometió que a pesar de eso, él decidiría unirse por amor, aún si eso implicaría darle la espalda a su padre y su herencia. Quería decidir algo por él mismo, sin que su padre o su segundo género se vieran implicados; por eso, no pudo sentir más que repulsión al ver su mano unida con el hombre al que estaba atado de por vida.

—La señora Park ha vuelto a llamar amir, sería más recomendable ir directamente a su hogar, antes de ir a la ana ev.—se acercó uno de los hombres de Sunghoon a informarles, su mirada se detuvo un momento en sus manos unidas para quitarla de inmediato. Jake prácticamente arrebató su mano del alfa, sintiendo sus orejas calientes.

—Mnn, no sería mala idea que por una vez en su vida esperara —asintió Sunghoon, ignorando el arrebato de Jake.

—¿Podrían dejar de ignorar mi presencia por un segundo y desatarme?—susurro el omega tratando de tener paciencia.

—...

Todo el avión se tornó incómodo.

—Permítame.— se acercó Jhonny al omega para librar los listones. Sunghoon puso una mano en su brazo para detenerlo, sus hombres se pusieron nerviosos al pensar que Jhonny había cometido un error al tocar al omega del jefe sin su permiso. El moreno ni se inmutó sabiendo que Sunghoon no haría un escándalo por algo como eso.

—Quiero hablar con mi mate, retírense todos —informó Sunghoon, haciendo que todos en el avión dieran un suspiro de alivio.

—¿A quien carajos le llamas mate?—grito indignado Jake mientras los dejaban solos. Cuando el piloto salió -siendo el último- el alfa se dirigió a él.

—¿Qué es...?— comenzó Jake.

—Jake Shim, primogénito de Jeffery Shim, dueño de MAG. Una empresa de gas importante en Canadá hasta 2019, tiempo en el que tu padre se vio involucrado en problemas de deuda con muchos casinos y socios de otras empresas, llevándolos a la ruina de todo. Desesperado por salvar su legado: te ofreció a ti, su único hijo en un matrimonio arreglado para salvar sus bienes.— Jake se quedó en blanco al torbellino de información personal en tan poco tiempo, el alfa contuvo su risa al ver el rostro asustado del rubio frente a él.

—¿Cómo demonios es que sabes..?

—Tengo mis medios, te lo dije —lo volvió a interrumpir el alfa, alterando a Jake.

—¿Y, acaso eso te da un beneficio sobre mi? Te puedo acusar de secuestro —él omega decidió atacar, haciendo que la sonrisa cínica del alfa creciera.

—¿Secuestró? Si no me equivoco tu escapaste de casa, ¿no?—la declaración del turco provocó sudor frío por su espalda. Sunghoon confirmó su teoría cuando él omega esquivó sus ojos.

—¿Piensas llevarme con él?—pregunto Jake dudoso. Sunghoon pensó por un momento.

—No, si escapaste debiste tener tu razón. Tus problemas o tu pasado no me conciernen —ante la declaración del alfa, el rubio no pudo evitar mirarlo con cierta pizca de esperanza.—Sin embargo, debes cumplir ciertas condiciones.

—No se por que no me sorprende —expresó Jake con un gesto cansado—. ¿Cuales?

—Primero que nada, quiero que por una vez no intentes escapar apenas mis hombres quiten los ojos de ti. Segundo, te comportaras y asumirás tu papel como hürrem, es indispensable este punto. Tercero, se que el respeto se gana; sin embargo, sería algo importante ahora que estamos unidos y tendremos que vernos la cara por el resto de nuestras vidas —cuando vio la mirada molesta del omega continuó—. Realmente no se si deba confiar en ti, este cuento podría haber sido planeado por ti y tu padre para tener acceso a mi familia. Pero es algo que ya está hecho y ni tú ni yo podemos cambiarlo a pesar de cualquiera que sea la verdad de nuestro encuentro.