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No termina aún de comer y ya deja los cubiertos para recostarse, resoplar

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No termina aún de comer y ya deja los cubiertos para recostarse, resoplar.

—No puedo más.

—Pensé que comerías más para estar cinco horas sin comer.

—Estoy que reviento. ¿Cuánto más piensas que puedo comer? Llenaste la mesa de platos Evans.

—Eres muy delgada, no tienes ni barriga.

—¿Para qué quiero tenerla? Estoy bien como estoy, deja de criticarme. Por cierto quería preguntarte algo, ¿por qué está Kathya aquí? ¿No puedes estar separada de ella otra vez?

—En realidad no es como lo piensas.—tomo el vaso de agua y doy un sorbo para volver a ella—De hecho Kathya es quién se ocupará de todo el tiempo que estemos aquí.

—Pensé que eras la cabeza de todo lo referente a mi enfermedad.

—Y lo soy, pero ella es la profesional en esta especialidad. Claro que sé del tema pero prefiero dejárselo a la que se graduó de eso, para que estés segura te dejaré saber que Kathya también ha obtenido reconocimientos.

—Impresionado con tu novia, bien, no me lo restriegues—musita mirando al un lado.

—Bueno, termina de comer. Te llevaré a un lugar.

—¿Serio? ¿Dónde?—sus ojos brillan, y sonríe ampliamente, espero no se ilusione tanto.

***

—¿En serio?—escuché detrás  de mi—Me acabas de traer a un supermercado.—dice empujando el carrito desganada y yo en el estante escojo lo que voy a llevar.

—Bienvenida a Inglaterra, también hay supermercados.

La miro y está aprieta sus manos fuerte en el metal. Me río a escondidas sabiendo que la molesto, ella también me lo hace, ¿qué tal se siente probar de su propia medicina?

—Oye no puedes traerme a un país extranjero para hacer compras.

—Para empezar, ¿habías ido a algún supermercado en tu vida?—se lo piensa y niega.

—Claro, tienes sirvientes, yo no.

—¡Oh, mira!—suelta el carrito y corre al estante de enfrente y me muestra sonriendo lo que llamó su atención—Potatos.

—No deberías comerlas, tienen mucho...

—Si vas a hablarme en términos de  nutrición mejor te callas—perfecto, ahora lee la mente—Quiero uno.

¿Acaba de ordenarme?—pienso perplejo.

—Si, te estoy diciendo que me compres uno. No, mejor dos—toma otro—Te estoy acompañando a hacer las compras y ¿no obtengo nada a cambio? Cuánta maldad hay en ti, de veras—entrecierra sus ojos.

Mi Doctor Es Un Prodigio [#PGP2023] PAUSADAWhere stories live. Discover now