Desagradable.

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Aranza PDV.

Eran las cuatro de la mañana cuando sonó mi despertador, lo apagué, enrede mi cuerpo con una sábana y me dirigí al baño.

Después de lavarme los dientes abrí la ducha y me dispuse a tomar un baño a lo que Jin entro sin previo aviso, tomo mi cintura y pegó su pecho a mi espalda, colocó su cara en mi cuello y susurró.

—Porque no me despertaste tengo que estar en el gimnasio a las seis y media.—

Su voz ronca y fornida en mi oído y la forma en la que movía sus manos por mi cuerpo me daba a entender que no tendría tiempo de hacer de desayunar ni de comer así que me dejé llevar por el momento volteando a verlo y besé sus carnosos labios dejando que subiera una de mis piernas y me penetrará de una sola.

Gemí de placer y solo dejé que el hiciera con mi cuerpo lo que él quisiera sin restricción alguna.

Después de un tiempo terminamos y por fin pudimos bañarnos.

Jin y yo estábamos en la cocina después de terminar de arreglarnos, preparaba algo rápido para comer en la tarde sin dejar aún lado mi café, ya que sin café siento que no funciono bien.

Lo mire como mordía su labio inferior provocando que mis pechos se pusieran firmes, recordé lo que me había hecho y tenía que dejárselo saber ya que no quería tener problemas ni mucho menos sepárame de el.

—Jin a mi también me gusta hacerlo contigo pero tenemos que calmar un poco me dejaste marcas en los senos y clavículas, a que el uniforme tapa esas partes que si no estaría en grandes problemas.— Dije mostrándole las marcas que me dejó.

—No hagas eso que se me para y tengo que ir a entrenar.— Dijo acomodando su pantalón del uniforme para entrenar.

—Si quieres que esto siga no vuelvas a dejar marcas nos podemos meter en problemas okay.— Dije dejando un casto beso en sus labios.

—Esta bien mi reina como órdenes.— Dijo con una reverencia exagerada.

—Ya cálmate y vámonos que se nos puede hacer tarde.— Dije mitras ponía mi abrigo parte del uniforme terminaba de cerrar mi termo con café el cual coloque en mi maleta del trabajo, agarre mis llaves y salimos del departamento rumbo a la base.

Son casi las seis de la mañana y tenía miedo de no llegar a tiempo para su entrenamiento matutino, aunque hoy también las temperaturas son congelantes tienen alternativas para el entrenamiento ya que entrenarían en uno de los gimnasios de la base.

—Saca tu identificación militar y ponla en el tablero.— Dije mitras ponía la mía en el tablero del coche.

—¿Quieres que yo maneje?— Pregunto al parecer esta parte no la sabe.

—No puedes eres soldado en proceso así que no tienen el permiso ni la autorización para manejar, es lógico que no lo sepas pues nadie se esperaba lo qué pasó en los barraks.— comenté empezando a avanzar.

—¿Como así?—Pregunto incrédulo.

—Mientras estes en entrenamiento no puedes actuar como civil, tienes que estar totalmente concentrado en tu formación como militar por eso están aislados de todo, después de que termines basic puedes hacer un curso para manejar vehículos militares.— Aclare lo más que pude en el transcurso de mi departamento a la base.

— Bueno si tiene sentido.— Dijo un poco más calmado.

Después de diez minutos de camino llegamos a la entrada escaneamos las identificaciones ya que por motivos de la helada los guardias están en las cabinas y no afuera como de costumbre.

One night Where stories live. Discover now