CAPÍTULO I

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Capítulo dedicado a Fabitalu

Capítulo dedicado a Fabitalu

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Londres, 1839

Vivir en el campo tenía demasiados beneficios para Katherine Bennet, quien los disfrutaba al máximo desde los ocho años y uno de ellos era dormir hasta el mediodía ya que no habría nadie que quisiera visitar a sus padres o que quisieran acompañarlos en la hora de almuerzo.

Eso no ocurría en el campo y por eso le agradaba.

Pero tenía catorce años y su madre estaba dispuesta en educarla para ser una mujer capaz de ser la cabeza de una familia, por lo que, durante sus tardes debía asistir a todas las clases que su institutriz preparaba para ella. Esa tarde debía de ser capaz de memorizar los números hasta el cien, de lo contrario, no podría ir a su habitación hasta las diez de la noche. Y Dios sabía que ella no recordaba lo que seguía luego del cincuenta y nueve.

Pero esa mañana estaba destinada a ser distinta a todas las otras.

Para empezar, ya no se había despertado en su cómoda cama en el campo, más bien lo había hecho en la cama del alojamiento en mitad de su viaje a Londres. Ahora, uno se preguntaría por qué una joven de catorce años debía asistir a la ciudad, la respuesta era porque último de sus tres hermanos mayores celebraría una fiesta por su compromiso, por lo que, siendo su hermana, tenía que asistir a la reunión familiar que se daría en privado antes de iniciar la velada.

Es por lo que, al bajarse del carruaje, comenzó a sacudir su vestido de viaje y se acomodó los mechones de cabello tras la oreja, mientras que su madre era recibida por la servidumbre de la casa.

—Lady Bennet, espero que hayan tenido un viaje sin imprevistos —dijo el ama de llaves, quien observó unos segundos a la muchacha que estaba de pie observando a los lacayos llevarse el carruaje—. Hemos preparado todo como se ha ordenado.

—Eso es maravilloso, Linda —exclamó la mujer—. No podemos pasar nada por alto, no queremos que persuadan a su hija de que nuestro Charles no es una buena opción.

—Por supuesto, señora —concordó el ama de llaves mientras se apartaba del camino para que la baronesa ingresara a su hogar—. Además, he supervisado personalmente de que la habitación que ocupará la señorita Katherine sea limpiada con sumo cuidado.

La niña se mordió los labios para no reír por la histeria que realizaban siempre que ella arribaba en cualquier hogar de sus familiares. Comentarios como: "hemos limpiado cada mota de polvo para la señorita" o "hemos encargado las telas más finas para los vestidos de su hija". También ocurrió una vez que sus tías abuelas maternas adquirieron unas finas joyas que no serían dañinas para su salud. Nadie en la familia se tomaba tan en serio su salud como sus tías abuelas.

—Katherine, mantente a mi lado —dijo lady Charlotte mientras tomaba la mano de su hija. Luego, se dirigió nuevamente al ama de llaves—. Supongo que ya habrá doncellas en su habitación para ayudarla en su baño, hemos tenido un viaje extenuante y la pobrecita no ha podido lavarse adecuadamente.

Un Amor Inesperado [#3]Where stories live. Discover now