★ : mimoso !

994 88 4
                                    

Miguel tenía muchas facetas, por ejemplo, era un gatito que amaba los mimos.

ଘ(੭*ˊᵕˋ)੭ fluff, one shot +1k.

༺♡︎༻

La mayoría de las personas que conocieran por primera vez a Miguel O'hara se llevarían una mala impresión de él. Era muy serio, gruñón, sarcástico y propenso a morder cuando algo no le gustaba, hasta el punto de que tú misma habías tenido una mala impresión de él a pesar de ser tu jefe, pero nada de eso fue impedimento para conocerlo tiempo después.

No fue fácil tratar con él, incluso hubo momentos donde deseabas rendirte de intentarlo, ya que colmaba tu paciencia debido a sus actitudes y fría personalidad, pero decidiste darle una oportunidad, logrando conocer una parte de él casi inimaginable y cliché.

Todo comenzó con las suaves miradas que le brindabas, alguna que otra broma para aligerar el ambiente hasta que eso forjó una rara y tensa amistad, mediada por un ambiente lleno de sentimientos raros, hasta que ambos confesaron que sentían un tipo de atracción, llegando a formar una relación sin nombre por un tiempo. Miguel no era una persona de dejar que las cosas fluyan sin más, era muy serio y calculador para llevar una relación sin nombre, por lo que tiempo después ambos llegaron a un acuerdo y comenzaron una relación formal. Ese periodo fue suficiente para que Miguel adquiriera confianza y demostrara diversas facetas que nunca llegaste a pensar, como el hecho de que ese gran moreno amaba los mimos.

Ya sea una simple caricia en sus cabellos o mimos en su barbilla, el hecho de que lo tocaras suavemente era razón suficiente para domarlo como a un gatito, lo cual era irónico, y la mejor parte de todo era ver como exigía más cuando parabas, exactamente como en esos momentos, donde parecía un niño pequeño haciendo berrinche.

Ambos estaban en su oficina, las cosas no iban muy bien debido a unos cuantos errores de algunos spiderman en la última misión, por lo que Miguel estaba de los pelos, masajeando su cien con estrés y esperando que sus nuevas medidas arreglen la desastrosa situación que se estaba desarrollando en otro universo.

Al escuchar la noticia supiste que él no estaría bien, por lo que dejaste las cosas que estabas haciendo y arribaste a su oficina, encontrándolo muy alterado, discutiendo con Lyla y Jess, pero tu presencia fue excusa perfecta para que ellas se vayan, pudiendo estar a solas y tu cumplir tu cometido.

Él no te hablo y tú tampoco dijiste mucho cuando se quedaron solos, sabiendo perfectamente lo qué harías, te acercaste a él y tomaste suavemente entre tus manos su rostro, notando su ceño fruncido y como hacia todo lo posible para no verte a los ojos, todo un niño. A pesar de todo, a Miguel no le gustaba que veas cuando perdía el control, por lo que a veces adoptaba esa actitud retraída.

– Tranquilo, cariño– dijiste suavemente mientras acariciabas sus cabellos con lentitud, dirigiendo con lentitud tus dedos a su nuca para seguir mimándolo.

Miguel soltó un fuerte y sonoro suspiro, causando que sonreirás tiernamente a su actitud. El no dijo nada, pero tomó tu mano y te dirigió a su silla, sentándote casi religiosamente en su regazo y escondiendo su cabeza en tu cuello con confianza, aspirando suavemente tu aroma que según él lo calmaba.

Notaste que esa fue una invitación a hacer lo que desees, por lo que recurriste a tu alma infalible y dejaste un suave beso en su mejilla, acariciando su mandíbula y mejillas, obligándolo a mirarte.

Sus ojos rojos te observaron y simplemente atinaste a sonreír nuevamente, esperando poder transmitirle toda la calma que merecía. Tus labios dejaron más besos en sus mejillas, hasta que Miguel alejo su rostro lo suficiente para quedar frente a frente con el tuyo, extendiendo sus labios y exigiendo mudamente un beso, acción por la cual reíste bajo y aceptaste.

Mejoraste al agarre de su rostro y acercaste tus labios a los de él, permitiéndote jugar un poco rozando sus narices antes de juntarlos en un suave e íntimo beso. Sentiste su cuerpo destensarse por lo que tu manos recorrieron sus anchos hombros, dejando suaves caricias por toda su extensión.

Notaste su actitud deseosa por medio de ese beso, por lo que sonreíste cuando se separaron, observándolo a los ojos con ternura.

Miguel era como un niño a veces y le costaba expresarse verbalmente, pero su lenguaje corporal era suficiente para dejarlo expuesto.

Él se apoyó por completo en su silla, sin dejar de observarte, pero su mirada en esos momentos se había suavizado y su postura era relajada, causando que te sintieras orgullosa por tu cometido.

Besaste su cien, tratando de brindarle un poco de cariño antes de traerlo a la realidad.

– ¿Estas mejor, mi amor? – preguntaste aun preocupada pero calmada, notando como sus manos subían lentamente por tus muslos hasta tu cintura. Adorabas la timidez que adoptaba en esos momentos, tocándote con tanta ternura.

Su filada mirada se suavizo aún más y asintió en silencio, acercándote a su cuerpo con necesidad, recorriendo con sus grandes manos tu cintura y espalda. Sus toques eran tímidos pero deseosos, demostrando lo mucho que anhelaba tenerte cerca.

– Sí, era todo lo que necesitaba– murmuró apenado, escondiendo su rostro nuevamente en tu cuello, aspirando tu aroma y acariciando tus cabellos como de costumbre.

Sonreíste plena y correspondiste al abrazo antes de caer en cuenta de la realidad y alejarte suavemente.

– Quédate tranquilo, mi amor – le respondiste, sabiendo lo mucho que adoraba los apodos cariñosos – Todo se arreglara y cuando menos te lo esperes, estaremos en casa comiendo pizza– propusiste con una sonrisa plena, tratando de darle más ánimos para afrontar su día.

El moreno sonrió dejando escapar una leve risa, mostrando sus bellos colmillos y asintió mientras te veía nuevamente a los ojos con esperanza, aceptando la silenciosa propuesta que le habías hecho para esa noche.

Te levantaste lentamente de su regazo y dejaste un suave beso en sus labios antes de despedirte, logrando calmar su alterado corazón.

– Nos vemos esta noche, mi amor– susurraste sobre sus belfos antes de salir de la oficina con una sonrisa tonta en tus labios.

Siempre hacías mención en tu mente de la actitud que Miguel adoptaba cuando lo mimabas, pero poco sacabas a colación el hecho de que tú también te derretías ante él.

༺♡︎༻

Secreto de amor | Miguel O'hara one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora