ITÁLICA

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(Música atmosférica)

Una fuerte conmoción se palpaba en el aire dentro de el que do otro modo sería solo un bar ordinario en una aldea cualquiera al norte de la ciudad de Itálica en los dominios del Rey Durán, el reino de Elbe, la austera cantina cuya fachada labrada en madera era iluminada solo por lámparas de aceite era el refugio de varias decenas de borrachos que estaban en su mayoría apelotonados en torno a una mesa donde una joven mujer decía un alocado discurso:

-No es ninguna mentira, créanme, eso era un dragón rojo- Afirmó con cierta molestia la mujer.

-¡Tienes que estar bromeando!

-¡¿Se defendieron de un legendario dragón rojo?!

-Eso es imposible.

-¡Nada es más fuerte que un dragón rojo!

-Nada en este mundo puede con uno, ¡Solo eres una mentirosa!

-Que digo la verdad, ¡Yo no miento carajo!

En una mesa aledaña de hallaban cuatro caballeros disfrutando de la cerveza y escuchando a la ruidosa mujer, una de ellas, una joven castaña alzó un poco la voz mirando a su compañero:

En una mesa aledaña de hallaban cuatro caballeros disfrutando de la cerveza y escuchando a la ruidosa mujer, una de ellas, una joven castaña alzó un poco la voz mirando a su compañero:

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-¿Que clase de insensateces dice la gente? no sé si creerles Norma- Su compañero era un hombre de pelo rubio muy corto a los lados y con el semblante rudo de un caballero bien curtido.

-No sé Hamilton, yo no creo en lo que ella dice tampoco, pero, no sé, tomando en cuenta que esos dementes acabaron a los ejércitos del imperio no me extrañaría- Afirmó el hombre para desilusión de su compañera, pero, en eso la ruidosa mujer de la ...

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-No sé Hamilton, yo no creo en lo que ella dice tampoco, pero, no sé, tomando en cuenta que esos dementes acabaron a los ejércitos del imperio no me extrañaría- Afirmó el hombre para desilusión de su compañera, pero, en eso la ruidosa mujer de la otra mesa se acercó a ellos.

-¿Hablan de mi anécdota a mis espaldas? que descortés de vuestra parte caballeros.

-No se alarme señorita, yo si le creo, pero quiero saber mas detalles- Afirmó suspicaz una de los caballeros de inconfundible cabellera roja, la princesa Piña.

Y ASÍ EL IMPERIO FUE A LUCHAR ALLíWhere stories live. Discover now