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Un día de verano agotador como cualquier otro, estaba cansado, sus piernas dolían como el infierno, Roier odiaba, detestaba y repudiaba las clases de educación física. para el no sería un problema pero la noche anterior estuvo en una larga persecución donde dos matones decidieron dispararle en las piernas, el podía recuperarse fácilmente de esto, tenía un muy buen factor curativo, pero este no podía funcionar con su estómago vacío...

Apurate cabrón, el profe va creer que nos estamos haciendo pendejos - Aldo su amigo de infancia le dio un fuerte golpe en la cabeza mientras exclamaba su enojo, Roier llevaba un buen rato trotando muy lento, su estómago gruño.

Puta madre, me voy a desmayar - volteo hacia su amigo con cara de preocupación, llevaba dos días sin comer, apenas pudo pagar el alquiler de su pequeño departamento la semana pasada, su refrigerador estaba vacío desde entonces, solo se pudo alimentar con lo que su tierna vecina Jaiden le daba, pero el no quería pedir más de lo que le ofrecían, no quería que sintieran lastima por el

ROIER!- fue lo último que escucho el castaño antes de que toda su vista se nublara, sintió el fuerte golpe contra el pavimento caliente pero no le importaba, se sentía cansado.

Su "descanso" duro poco, abrió los ojos y se encontró con luces blancas y el olor a medicamentos, suaves sabanas blancas y una venda en la cabeza fueron su bienvenida. hubiese preferido no despertar porque el fuerte dolor de estómago seguía ahí, sentía que moriría en cualquier momento - capo casi te nos mueres - Roier volteó para encontrarse con sus amigos Spreen y Aldo, ambos tenían sonrisas divertidas que intentaban ocultar la verdadera preocupación - dice la doctora que te van a poner suero o alguna mamada así, dicen que te desmayaste por una mala alimentación, deshidratación y culpa del sol - comentó Aldo con un tono de voz apagado, sabía que su amigo se sentía mal por no haberlo notado antes - yo y el Spreen te cargamos y acompañamos hasta acá, las señoras nos miraron culero por andar todos sudados - dijo lo último divertido intentando alegrar el ambiente

Roier solo pudo dar una sonrisa cansada - tengo hambre - fue lo único que dijo con aquel hilo de voz, se trago su orgullo, quería una buena comida, estaba cansado de la comida basura y procesada, si su abuelo estuviera aquí le haría un gran plato lleno de tamalitos calientes, su estómago volvió a gruñir.

Calma pa', no podés comer mucho ahora, tenés que adaptar tu estómago, te traerán algo liviano - el argentino lo miro con tristeza, nadie estaba feliz de que Roier ocultara algo como esto, sabían que su situación económica era difícil después de la muerte de su abuelo, intentaban ayudarle cada que podían, pero al parecer Roier decidio aguantarse el hambre y pagar el alquiler y la universidad con el poco dinero que recibía de su trabajo de medio tiempo, también lo que no sabían es que su hambre no era normal...

El era Spider-Man, tenía el doble de hambre, no, el triple. El necesitaba mucha comida para sentirse lleno, para que su sentido arácnido funcionará, para poder luchar contra los malos, para poder ser el amigable vecino hombre araña.

Entre conversaciones cortas sus amigos decidieron de mala gana irse, querían cuidarlo pero sus padres no dejaban de llamarlos y obligarlos a volver a casa, Roier prometió estar bien, comió la fea comida de hospital y durmió un rato, con suerte lograría irse de este lugar pronto, el tenía una ciudad que cuidar, un trabajo por el cual no le pagaban pero que amaba hacer, amaba ver a la gente a salvó con sus familias, Roier sabia que no podía volver a sentir el amor de una familia...

Pero daría todo para que la gente viviera lo que el no puede tener.



























Holaaa :D hace mucho que no escribo una historia, así que mil disculpas por la mala ortografía y las comas mal colocadas, estoy intentando aprender

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