01.

7 0 0
                                    

Jisung caminaba por el frondoso bosque cercano a su hogar, sumergido en sus pensamientos mientras los rayos del sol se filtraban entre las ramas de los árboles. Con cada paso, el jóven soñador se adentraba en un mundo de inspiración y creatividad, deseoso de capturar la esencia de la vida en sus canciones. Pero ese día, el destino tenía preparado algo extraordinario para él.
De repente, algo llamó su atención entre la maleza. Un brillo tenue y misterioso se filtraba desde el corazón del bosque. Movido por la curiosidad, el chico de cabello rojizo se dirigió hacia la fuente de aquel resplandor, sin saber que su vida estaba a punto de dar un giro mágico.

Entre las ramas entrelazadas de un antiguo árbol, como si hubiera sido esperado por él, se encontraba un libro de aspecto envejecido. El cuero gastado y las páginas amarillentas daban testimonio de los años que había pasado oculto en aquel rincón secreto del bosque. Con las manos temblorosas, tomó el libro y lo acercó a su pecho. Un escalofrío recorrió su espina dorsal mientras una sensación de energía vibrante le recorría todo el cuerpo. Era como si el libro le hablara en un idioma antiguo y desconocido, susurrando secretos ancestrales. Sin poder resistirse a la tentación, abrió el libro lentamente, revelando sus páginas llenas de poemas escritos con una extraña tinta dorada. Al hacerlo, una ráfaga de luz cegadora emanó del libro, envolviéndola en una brillante esfera de resplandor. En ese instante, supo que algo extraordinario estaba a punto de suceder.

Los versos del libro parecían cobrar vida frente a sus ojos. Las palabras saltaron de las páginas con un aire mágico, formando una espiral luminosa que lo envolvía suavemente. Una puerta de luz resplandeciente se materializó ante él, invitándolo a adentrarse en un reino desconocido. Sin pensarlo dos veces, Jisung cruzó el umbral de la puerta mágica y se encontró inmerso en un paisaje de asombrosa belleza. La luz brillaba con una intensidad deslumbrante, iluminando prados de flores multicolores y ríos cristalinos que fluían con una armonía musical.

Cada paso que daba en aquel mundo de ensueño parecía desafiar las leyes de la gravedad. Emily sentía que flotaba en el aire, rodeada de una energía cálida y reconfortante. Los cantos de pájaros desconocidos llenaban el ambiente, acompañados por el susurro del viento entre los árboles.
Mientras exploraba el reino mágico, cayó en cuemta de que no estaba solo. Seres fantásticos lo rodeaban: hadas danzantes, duendes juguetones y criaturas aladas que parecían salidas de cuentos de hadas. Todos ellos parecían esperar su llegada, como si su presencia estuvo solicitada y esperada desde hace mucho tiempo. Uno de los seres desconocidos, lo que parecía ser hada de cabellos dorados llamada Luminara por lo que decía un pequeño cartelito pegado en su pecho, se acercó a Jisung con una sonrisa radiante. Sus ojos brillaban con sabiduría y bondad, y su voz era como una melodía que acariciaba los oídos de el jóven.

—Bienvenido, Han Jisung. —susurró Luminara con ternura.— Haz sido elegido para adentrarte en este reino mágico, donde la música y la magia se entrelazan en perfecta armonía. Eres el portador de la luz, el mensajero de la esperanza.

El muchacho se sintió abrumado por las palabras de la hada, pero también una extraña oleada de confianza y determinación recorrer su ser. Sabía que había sido llevado a este lugar por una razón y estaba dispuesto a descubrir cuál era su propósito. Luminara lo guió a través de prados resplandecientes y bosques encantados, revelándole los secretos y maravillas de aquel reino mágico. Le mostró la Fuente de la Inspiración, cuyas aguas cristalinas fluían con la esencia misma de la creatividad y la pasión. Jisung sumergió sus manos en la fuente y sintió cómo su musa interior se despertaba, inundándolo de nuevas ideas y melodías.

—Luminara, ¿A quién le pertenece este libro? —Preguntó el chico intrigado.

Aquel ser mágico observó con atención el objeto y sonrió con ternura. —Oh, ese libro es de nuestro pequeño Minho. Ya lo vas a conocer.

Sin más que decir, el pelirrojo asintió conforme con la respuesta.
A medida que avanzaban, llegaron a un majestuoso escenario donde músicos y artistas de todas las especies se congregaban para compartir su arte. El sonido de la música llenaba el aire, creando una sinfonía celestial que parecía fusionar los corazones de todos los presentes. Jisung sintió una conexión profunda con aquellos músicos, como si todos hablaran un lenguaje universal que trascendía las barreras del tiempo y el espacio. Inspirado por el ambiente mágico que lo rodeaba, Han decidió abrir su corazón y su talento.

—Hey, Luminara, ¿Por casualidad tienes una guitarra?

Por arte de magia literalmente hablando, el hada hizo aparecer aquel instrumento musical en las manos de Jisung. Una guitarra pintada con los colores del amanecer, detalles rosas, perfecta para el chico.
Sin más, se colocó la guitarra por sobre el hombro con una especie de correa que traía consigo, acomodando sus manos sobre los trastes y las cuerdas. Comenzó a tocar una canción de el libro perteneciente al tal Minho, dejando que el ritmo y melodías fluyeran a través de él. Cada nota era un rayo de luz que se expandía, iluminando los corazones de aquellos que la escuchaban.

Los versos del libro mágico cobraron vida una vez más, convirtiéndose en criaturas luminosas que danzaban al ritmo de la música. Cada nota tocada por Jisung se convertía en una cascada de colores brillantes, pintando el cielo con una explosión de emociones.
La audiencia quedó cautivada por el talento y el poder de su música. Los seres mágicos y los artistas presentes se unieron en un coro armonioso, agregando sus voces y talentos a la canción. Juntos, crearon una sinfonía de esperanza y amor que resonó en cada rincón del reino mágico.
Una de esas voces sonaba aún más armoniosa que las demás, expresando todos los sentimientos existentes en el mundo. Cómo si la canción encajara perfectamente con la persona.
Buscó con la mirada al dueño de la voz, encontrando a un chico de cabello castaño oscuro sonriendo felizmente entre el público.

El tiempo parecía detenerse mientras Jisung y los demás artistas compartían su arte con pasión y entrega. El reino mágico se convirtió en un lugar de sanación y transformación, donde los corazones se abrían a la magia de la música y la luz.
Cuando la canción llegó a su fin, un silencio reverencial llenó el aire. El pelirrojo sintió una profunda gratitud con todos los presentes.

٬  🌞 ․⠀Daylight.  ˚ . ✦ (Minsung)Where stories live. Discover now