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|David Glatzel|

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|David Glatzel|

La llegada a la residencia Glatzel no fue tan tardada como lo creyeron ambos matrimonios, como siempre, irían a ver qué podían hacer por el bienestar de la familia y, especialmente, del niño que estaba siendo atormentado por un ente demoniaco.

Podían afirmar que desde que pisaron aquel hogar, sintieron la extraña sensación de que algo andaba mal y de que no era una casa apta para que una familia habitara en ella. 

¿Han sentido incomodidad y alguna mala vibra en una casa que recién conocen?

Bueno, así se sintieron los cuatro investigadores. Demian quería irse corriendo de ahí y volver a la oficina en donde trabajaba, sintió algo malo y algo que realmente le preocupaba con esa casa.
Y Heather se sintió igual, incluso más temerosa que su esposo. No podían comprender cómo los Warren podían hacer esto una y otra vez sin sentirse oprimidos o afectados.

Los Connor siempre salían con un peso extra.

Como siempre, se presentaron ante la familia, conociendo a los padres del niño, a la hermana y al novio de la chica: Arne. De inmediato exigieron ver al niño. No se sabe cómo, pero Lorraine sintió de inmediato algo malo con él y la ayuda no tardó.

Los días pasaron y se convirtieron en semanas tratando de encontrar una solución contra el fuerte y malévolo demonio que estaba atormentando a David. El niño usado como peón los lastimaba no solo físicamente, solía insultarlos y restregarles sus errores en la cara.
Sin embargo, no se detuvieron y eso nos lleva a los terribles acontecimientos.

Siempre que el ente se sentía sofocado, tiraba cosas y golpeaba a los presentes con cualquier cosa que volara por ahí. La casa estaba hecha un desastre: muebles y paredes aruñadas, gran variedad de objetos pertenecientes a la familia destrozados por alguna parte de la casa. El desorden era visible para cualquiera que apareciera por ahí.

Una noche, la familia estaba reunida en la sala junto a los investigadores y el novio de la hermana del niño. Todos oraban a cada momento del día para debilitar aquel fuerte demonio que aprovechaba el cuerpo del querubín, quien estaba acurrucado en el pecho de su madre sudando como loco y respirando agitadamente con cada palabra que salía de las bocas de los Warren.

—Deberíamos tomarnos un descanso —afirmó Ed.

Aquel matrimonio fue a la cocina seguidos de dos de sus compañeros, Lorraine le llevó un café a su esposo y Demian a su esposa; la expresión de decepción estaba marcada en los cuatro pares de ojos.

—¿Estás bien? —preguntó Demian a su amigo.

—Sí, solo que jamás había visto un caso como este —murmuró en respuesta, viendo de reojo a la familia reunida en el comedor.

Los cuatro se acercaron a ellos, notando a un David agotado en las piernas de su madre siendo acariciado por sus progenitores.

—Él debería de descansar un poco —aconsejó la rubia, entregando una taza de café a Drew.

CURSE |el conjuro|³Where stories live. Discover now