38. Nos volveremos a ver

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Austin.

—¡Vamos, Alex!

—No.

—¡Por favor!—hice la última suplica.

Suspiro frustrado. —Está bien—respondió, —le voy a llamar y te diré para que vayas hablar con ella, ¿ok?

—¡Gracias!

Colgué y me deje caer en la cama, Kaia había salido por una campaña a Madrid, así que por primera vez en mucho tiempo volví a tener mi casa para mi solo, la cama me volvió abrazar con las sabanas y me quede dormido otro rato, o al menos eso pensé hasta que el teléfono empezó a vibrar y lo tome.

Alex:
Esta en la televisora, y dice sí.

Me bañe, tome mi ropa y maneje hasta la televisora.

Creo que llevaba tanta prisa que...

Enserio que tu no puedes caminar con prisa porque atropellas a las pobres chicas.

—Lo siento, te ayudo...

Dani..

La estaba viendo, ya no tenia su cabello negro, ahora tenia más de la mitad de color rojo, jeans de color azul y una playera blanca con escote, el cual me dio vista a una cadena que llevaba alrededor de su cuello, lo único que no había cambiado eran sus labios rojos como una manzana.

—¿Estas bien?—pregunte.

—Si, gracias—respondió.

Sonreí y me acomodé mi saco. —¿Eres nueva en la televisora?—pregunte, pero estaba tan nervioso que fue lo único que pude decir. —Nunca te había visto por aquí.

¿enserio?

—Si, acabo de llegar hace una semana—respondió, quien no la conociera podía decir que estaba rara, pero estaba nerviosa, no llevaba anillos, pues siempre que estaba nerviosa empezaba a jugar con ellos.

—¡Genial!—sonreí, —estoy buscando a Karen, ¿la has visto?

Asintió y respondió. —Salió a comer, quizás en dos horas vuelva—mordió su labio inferior, —bueno, un gusto conocer al nominado al Oscar, hasta luego—giro sobre sus talones y camino a los camerinos.

—Nos volveremos a ver tarde o temprano—hable para mis adentros.

Yo:
Salió a comer, en dos horas vuelve

Alex:
vaya, deja le mando mensaje para que te reciba más en la noche

Yo:
No, no te preocupes

Regrese a la casa, pero no me baje del auto. Me aferre al volante y empecé a pegarle, —¿Por qué?, ¿Por qué?—me pregunte una y otra vez.

Yo:
¿estas ocupado?

G.S:
No, ¿Qué sucede?

Yo:
La vi

G.S:
¿Qué?, es imposible

Yo:
No, la vi

G.S:
Te veo en el bar cerca del hospital

Le puse la reversa y volví a la avenida para el hospital, me puse los lentes de sol y una gorra negra para pasar desapercibido, avente el saco para los asientos de atrás y salí del auto.

Mi novio es el ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora