La Eterna Tentación | Tom Kaulitz

Entre deseo e inestabilidad -14

Ambos hermanos andaban hacia una famosa discoteca donde Tom podría olvidarse de la chica por unas horas.

— no quieres hablar de ello?

— no Bill, es lo que menos quiero ahora mismo

— seguro? — Bill insistía preocupado por su hermano y Tom le miró

— es una estúpida orgullosa

— sabía que hablarías

— no lo entiendo, en el avión no parecía disgustarle

— las chicas son difíciles — decía Bill como si estuviera haciendo terapia a su hermano

— es que es muy confuso, un día te lías con ella y sientes que podrías estar así toda la vida y al día siguiente discutís y os odiáis, es muy bipolar esa chica

— dímelo a mí

— por qué se le hace tan difícil dejarme sentir orgullo? Qué más le da a ella? — hablaba Tom desesperadamente

— claro

— ahora no se qué voy a hacer, mañana es el último día antes de ir con ella en el viaje a España, eso son más de 2 horas sin hablarle Bill

— cierto, qué harás?

— tengo que conseguir en un día que esa niña se rinda ante mí, no va a ser nada fácil pero haré lo que sea

— y cómo pretentes conseguir eso? — seguía Bill

— empezaré por intentar que piense que la olvidé, haré algo que la ponga celosa pero no se cómo exactamente... Bill, necesito tu ayuda

— Tom... No sé si quiero participar en esto

— vamos Bill, sabes que ____ está deseando volver a probarme, no quieres ayudarla?

— pff, si lo dices así...

— mientras lo piensas vamos a entrar

Entraron a la discoteca y lo primero que hicieron fue ir a pedir algo de beber, por supuesto con alcohol aunque Bill no tenía en mente beber demasiado. En unos minutos Bill ya había perdido de vista a su hermano y decidió llamar a los otros tres para que fueran con él y la pasaran bien juntos.

— iremos?

— claro que iremos ____, qué pregunta es esa? — dijo Georg obvio

— está bien, pero no tengo a Bill para que me escoja ropa

— usa un vestido y así no tienes que explotarte la cabeza escogiendo parte de arriba y parte de abajo

— pero tengo que hacerlo escogiendo el vestido

— esque tienes demasiada ropa para la que usas — habló esta vez Gustav

— nosotros lo escogemos

— bien, me voy a maquillar mientras

— que díficil eres, ya estás linda así — dijo Georg

— gracias papucho pero esta cara necesita muchos retoques — el mote hizo reír a Georg y buscaron un vestido