15

525 66 17
                                    

Con el atardecer terminando en el horizonte, ambos caminaron en un tímido silencio rumbo al lugar donde siempre se separaban.

Su par de corazones latían con fuerza y velocidad.

Ninguno era ajeno al pensamiento de que ambos sabían lo que estaban haciendo. Ninguno negaba conocer el significado de las miradas que de vez en cuando cruzaban.

Pero todo era tan raro que preferían quedarse callados.

En silencio Tanjiro observó la espalda de la joven que tomaba la delantera, por un par de pasos, mientras sus pensamientos incoherentes no daban lugar a plantear alguna conversación que pudiera sacarlos de tan extraño silencio.

En verdad le inquietó todo el tiempo que estuvieron en silencio, más difícil le fue sonreírle y decir un «hasta mañana» en el sitio de siempre, sin querer preguntarle qué era eso que estaban haciendo. ¿Cuál era el significado de ese juego que ahora jugaban? ¿Podría él darle uno? ¿O ya tenía uno asignado?

No supo en qué momento llegó a su casa, saludó a su familia y se adentró en su cuarto.

Exactamente: ¿Qué sentía?

Por más que quisiera le era difícil olvidar ese beso robado, más complicado era ahora que ella era tan cercana a él.

¿Significaba algo eso? ¿Qué...?

Suspiró.

Quería saber qué era todo eso.

O más bien, quería retardar el veredicto ya hecho en el fondo de su corazón.

Quería hacerlo tanto como fuese posible, hasta estar... seguro.

[ • • • ]

—¿Mm?

Al abrir la puerta del salón se percató que ese día Tsuyuri-san no había llegado.

Era la primera vez que sucedía.

Miró por fuera del salón, viendo el pasillo. No había nadie.

Era raro, pero tal vez llegaría tarde.

Dicho y hecho, al final del primer periodo, Tsuyuri-san entró y rápidamente tomó asiento.

Una mirada detallada a su rostro era suficiente para notar el cansancio que tenía. Como si no hubiera dormido por la noche.

—¿Estás bien? —preguntó en un susurro.

Ella lo miró un segundo, luego apartó su mirada y asintió.

Tal acción se sintió extraña para el pelirrojo, pero prefirió no preguntar más y solo devolver el juego de miradas que Tsuyuri-san a veces le tiraba.

En el almuerzo el ambiente extraño se mantuvo, ya que aunque comieron juntos, no hablaron ni chistaron nada.

Una atmósfera medianamente rara se instauró entre ellos durante todo el tiempo.

Hasta que llegó la última clase y tuvieron que hacerse en grupos de 3.

—Ya~, hacía tiempo no trabajamos juntas, Kanao-chan.

Una Taira-san, notablemente alegre, intentó sacar tema de conversación al poner su pupitre entre el de Tsuyuri-san y el de Tanjiro.

—¿No deberías ponerte al frente? —habló con molestia Tsuyuri-san

—No, no, no, Kanao-chan —respondió la tercera del grupo, moviendo su dedo índice de un lado a otro—. Debo ver al tablero, así que este es el mejor lugar.

En esos momentos la de ojos violáceos estaba viendo muy mal a Taira-san.

Ellas eran muy buenas amigas.

El trabajo en grupo resultó ser eficiente, teniendo en cuenta que Taira-san lideró los esfuerzos por salir rápidamente de lo que debían hacer.

—Tanjiro-kun, cuando quieras hablar de los sentimientos de un autor en un ensayo, no debes de hablar en primera persona. Refiérete más como "el autor sentía", a "yo creo que sentía".

—Mm, entiendo.

Durante la hora que estuvieron trabajando en grupo, Taira-san corrigió algunas fallas en la materia que Tanjiro tenía. Ella era muy buena enseñando.

Antes de terminar la clase, como entregaron de primeros, el maestro les permitió hacer nada hasta que finalizaran los demás.

—Tanjiro-kun —llamó Taira-san, volteando hacia atrás en su lugar, para verlo—. ¿Quieres ir conmigo a la biblioteca?

Ante la repentina invitación, Tanjiro tuvo que guardar silencio mientras la veía.

Miró un segundo hacia su lado, hacia Tsuyuri-san, y la halló recostada.

Abrió su boca para decir algo, pero calló un segundo más.

Sonrió.

—Ya tengo algo que hacer a la salida, perdón.

Su compañera pareció sorprenderse, pero hizo una mueca de "ya qué" y alzó sus hombros.

—Entiendo —dijo para volver a ver al frente.

Él quería acompañar a su compañera de mal semblante, aunque lo cierto era que aún no le preguntaba.

Cuando tornó su mirada hacia la persona en la que pensaba, la encontró mirándolo todavía recostada en propios brazos.

Sus dientes blancos asomaban en su sonrisa y sus ojos divertidos lo miraban con gracia.

¿Yo? —bisbiseó tan suavemente que no oyó él palabra alguna.

En los momentos más extraños, Tsuyuri-san se portaba de la forma más extraña.

A veces generando en Tanjiro el mismo sentimiento al que no quería nombrar.

Otras más, generando algunos parecidos.

Él asintió muy suavemente y una sola vez, para comunicarle, sin hablar, lo que quería decir y que ambos sabían.

Por favor despierta, Tsuyuri-san - TanjiKanaWhere stories live. Discover now