Capítulo 12|Conversaciones pendientes.

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Capítulo 12|Conversaciones pendientes.

TERESA

Cuando me despierto a la mañana siguiente, me tomo el tiempo para abandonar la cama, los ojos todavía me pesan implorando que regrese a dormir. Eso me pasa por desvelarme a largas horas de la noche renovando el blog, ya era tiempo de darle una nueva imagen, así como mi pequeño guion que escribí para un vídeo que pienso grabar.

Esta vez retomaré uno de mis pasatiempos favoritos, es el siguiente paso para seguir adelante luego de estar sumergida por meses en la nostalgia, quiero estar bien conmigo misma. He escrito una lista con varios puntos que me gustaría retomar cuando no esté realizando los pendientes de la universidad, es probable que comience a subir contenido cada dos o tres semanas, me encantaría que fuera lo más pronto, pero no será posible.

Una vez limpia y vestida, me llevo conmigo la mochila y la cámara para salir de la habitación. El aroma dulce se cuela en mi nariz, a pesar de que le he dicho a la abuela que puedo encargarme del desayuno para ambas, prefiere hacerlo por su cuenta. Ella dice que quiere seguir sintiéndose útil.

—Abuela, ¿se ha levantado tem...?

Vaya sorpresa que me llevo cuando resulta ser mi padre quién ha hecho el desayuno. No va uniformado por lo que deduzco que es su semana de descanso.

—Le dije que yo me encargo del desayuno —señala la torre de hot- cakes con la espátula —. No puedes irte a la escuela con el estómago vacío.

—Tengo veinte minutos para llegar, puedo comerlos en el camino.

—Entonces te llevaré, vamos —sin más, empaqueta algunos envolviéndolos con papel aluminio y guardándolo en una bolsa de papel.

—Pa, puedo irme a pie.

Las cosas siguen tensas entre nosotros que hasta la abuela se asegura de estar presente para no iniciar una discusión de lo mismo, por esa misma razón cuando quiero hablar con él evito que las palabras «regata» y «velero» no aparezcan. Desde la última conversación lo único que intercambiamos son monosílabos y cuando podemos completar una oración, es un milagro.

—Es mi día libre, además tengo que hacer las compras.

Sin nada más que agregar por su parte, asiento con la cabeza. Va por las llaves del coche y su celular. Cojo la bolsa con la comida de inmediato, el aroma a miel me abre más el apetito.

Dentro del coche el silencio reina entre nosotros, miro por la ventana cuando ya estamos en movimiento en dirección al campus universitario.

—¿Teresa?

—Mhm —volteo a verlo.

—Cómo ya sabes, esta semana estaré libre, así que estaba pensando en que podríamos hacer algo nosotros dos como en los viejos tiempos —le veo removerse del asiento sin despegar la mirada del camino cuando volteo a verlo —. Últimamente no hemos tenido un acercamiento padre e hija debido a mis extensas jornadas laborales y me gustaría poder retomar tu confianza.

—Nunca me ha molestado que estés fuera de casa tanto tiempo —suspiro mirando la calle —, no tienes por qué explicármelo, sé las razones y ambos hemos estado centrados en nuestros asuntos.

Jugueteo con el estuche de la cámara a la vez que siento un nudo en la garganta.

—¿Todavía llevas contigo la cámara? —lo escucho reírse con tranquilidad —. Recuerdo cuando te la obsequiamos en tu cumpleaños y no parabas de sacarle fotos a cualquier cosa.

Un lugar en el marWhere stories live. Discover now