Capítulo 1

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-Bien pa, hago lo que puedo, no es fácil -Naruto escuchaba a su padre por el celular, mordió sus labios levantando su vista observando que su tren llegara -iré a visitarlos, sólo… -suspiró con cansancio -sólo he tenido demasiado trabajo -el rubio sonrió poquito -no quiero, me gusta lo que hago, es cansado, pero siento que tengo que pasar por esta etapa -el pequeño sonrió divertido -lo sé pa, sé que siempre estarán para mí -el Namikaze vio su tren llegar, subió con velocidad, estaba lleno, suspiró con fastidio levantando su mano y sosteniéndose de uno de los soportes -iré la semana que entra, les llevaré dulces, lo prometo -Naruto rió bajito -eres demasiado controlador pa, en verdad estoy bien, me tratas como a Naruko-chan ttebayo -el Namikaze sintió una mirada, levantó su vista observando unos onix girar y evitar su mirada, levantó un ceja con duda -¿mamá ya está mejor de su catarro? -los gritos de ambas pelirrojas lo hacían reír -creo que ya está mejor-

Naruto observó al sujeto un momento, su mirada giró en cuanto sintió la suya nuevamente -le deje unas infusiones en la canasta de la cocina, aún la escucho congestionada -el tren hizo parada, una gran cantidad de personas salió, sonrió al ver que había lugar para él, de inmediato se sentó frente al chico que lo había observado, giró su mirada sin darle importancia -pa, será mejor que cuelgue, ese par de deslenguadas te matarán un día -rió con diversión -también lo soy, lo sé, les hago falta definitivamente -el pequeño jugaba con un colgante de su maletín de tela que llevaba con sus cosas, era un pequeño zorro -también te amo pa, dale un beso a mamá y a Naruko-chan, estaré en unos días por allá -sonrió con cariño al escuchar -te amo cariño, cualquier cosa aquí estoy, no confíes en extraños -sonrió divertido -no pa, sé cuidarme solito, bien, después hablamos -colgó, guardó su celular en su bolsa del pantalón, talló su rostro con frustración, había perdido su último empleo, todo había estado saliendo bien, el salario, las prestaciones tal como un departamento a las cercanías, bonos, los días de descanso; la empresa estaba sindicalizada, una chica miembro del sindicato tenía bastante envidia suya, desde que lo contrataron había tenido facilidades respecto al resto y eso no le agradó, metió presión en su puesto para que le quitaran sus prestaciones, si le quitaban el departamento con su salario no podía mantener uno igual, por lo cual acudió unos días antes a levantar su denuncia por incumplimiento de contrato, ayer acudió a la empresa donde lo liquidaron en consecuencia pidiendo disculpas, sabían que la chica había sido el problema, pero aún así no pudieron ayudarlo, nunca fué rencoroso, pero en verdad la chica era un fastidio, gracias a Kami lo habían gratificado bastante bien.

Gracias a su abuela consiguió de inmediato un puesto en un nuevo hospital, no le gustaba recurrir a la ayuda de su familia, el anterior empleo él lo había conseguido con su esfuerzo desde que salió de la universidad, había entrado como practicante y lo contrataron de planta al ver sus habilidades, ocupaba el empleo para seguir en la ciudad, con su liquidación rentó un pequeño departamento en los suburbios de Tokio, era un dúplex, se quedó con la parte alta, tenía un pequeño roof garden, estaba dispuesto a llenarlo de macetas y una mesita, el lugar le había encantado, pensaba ahorrar y adquirirlo, no necesitaba más por el momento, la zona era buena, eran los suburbios de medio poder adquisitivo, así que era en extremo tranquilo el lugar, el único problema, era la distancia, debía tomar el tren para llegar, media hora a su lugar de trabajo. Nuevamente la mirada del chico frente a él, levantó sus azules observando que nuevamente con disimulo giró sus onix, era un chico alto y azabache, su cabello era largo y se veía suave, era bastante atractivo, seguramente tenía a cientos de chicas trás de él, le dio algo de envidia, él no tenía mucho porte, era bastante simplón y las chicas no lo veían, observó al chico con un saco elegante, sobre el de negocios, tenía un porte distinguido, era extraño toparse con alguien así en un tren, con facilidad podía distinguir que la ropa era de calidad, era un hombre de negocios, traía su tablet, podía alcanzar a definir gráficas en él, tal vez lo vió porque hablaba muy fuerte y lo distrajo, mordió sus labios con vergüenza, giró su mirada hacia la ventana observando la ciudad bajo el tren y los cables.

Al bajar el grupo de gente se aglomeró en la entrada y lo aventó con su pequeña estatura, era delgado, había heredado la altura de su madre, su papá era alto y bastante atractivo, lo único que consiguió fueron su color de ojos y cabello. Levantó un puchero al sentirse desplazado por la gente que entró al tren, chocó hacia atrás con el chico azabache, levantó su mirada al sentir su mano detener su hombro -¿te encuentras bien? -ambos salieron del tren, Naruto sonrió ligero -te agradezco, siempre me pasa, desventajas de ser chaparrito supongo, bueno, hasta luego -el rubio salió corriendo de inmediato observando el reloj sin mirar atrás, ese sujeto hasta la voz grave tenía increíble, negó con fastidio, tal vez debería vestir mejor y tratar de ser llamativo para las chicas, sonrió divertido. Cinco minutos después entró al hospital central como médico oncólogo; el rubio tenía veintinueve años a pesar de su imagen universitaria.

El accidente que lo cambió todo (Itanaru)Where stories live. Discover now