28

168 79 302
                                    

¿Dónde estabas tú?
-Danna Paola

Por la tarde, Jaz y yo vamos por la calle tomados de la mano.

Para lograr escapar de los mellizos, tuve que recordarles que día era ese y el por qué es tan importante para nosotros. Cuando lo hicieron, me comenzaron a decir del porque no les conté y entre más cosas. Y por eso mismo es que no había dicho nada.

Así que, siendo ese el caso, básicamente nos echaron de la casa y no nos dejarán entrar hasta dentro de algunas horas.

—¿A dónde vamos? —le pregunto a Jaz.

Me lleva a través de una calle y por un momento tengo la certeza de que no sabe por dónde estamos yendo. Sin embargo, no hace falta que me responda nada, pues a los pocos minutos las casas comienzan a desaparecer y poco a poco, es más tierra que estructuras lo que abunda por nuestro paso.

—Quería llevarte a otros lados, pero había dos problemas: no tengo el presupuesto suficiente para lo que se necesita y la falta de tiempo también juega con nosotros. Así que todo lo que me quedaba era venir a una zona de campo, que no fuera el patio de la señora Tere, y disfrutar un momento al aire libre, solo tú, yo y nuestro arte.

Lo miro con admiración.

—Esto es más que suficiente. No hace falta gastar nada para consentirme, con tener estos pequeños detalles que valen mucho más que el dinero me basta. —Jaz sonríe y jala de mi mano para que lo siga—. Ahora entiendo del porque insistías tanto en que llevara mi libreta de dibujo.

—Tenías que traerlo sí o sí. Ya es parte de nosotros el hacer algo de arte cuando salimos. Creo que es algo que nos identifica bastante. Tú dibujas y yo escribo.

—No suena mal eso.

Pasamos por los árboles y el momento es tan precioso que no quiero que acabe. Y eso que ni siquiera ha empezado como tal.

Jaz me lleva a un lugar cerrado por los árboles y las hojas están tiradas sobre el suelo, haciendo que sea una imagen perfecta del lugar. Tengo que detener a Jaz para tomar una fotografía porque es hermosa la vista.

La naturaleza siempre tiene algo que te provoca sentimientos inexplicables cuando la ves.

El chico saca una manta de su mochila, manta que no tenía ni idea de que había guardado, y la coloca con cuidado sobre el suelo. Entonces se sienta y me invita a hacerlo junto a él.

Y es lo que hago.

Me siento a su lado y por un momento, todo es mágico.

Que palabra tan bonita.

Miro a Jaz a los ojos y me pierdo en ellos. A veces me es imposible creer que todo esto esté pasando. Es como un sueño sin fin. Aunque realmente no es un sueño, es la misma realidad.

—¿Sabes? Me gusta pensar que todo nuestro arte tiene un significado, aunque sea mínimo e imposible de verlo —me dice Jaz y pese a que lo estaba mirando, no lo observaba como tal. Regreso al presente y me concentro en sus palabras—. Cuando dibujas, sueles hacerlo porque hay un momento o hay algo que te gustó y quieres guardarlo para siempre, ¿no es así? Y, por otro lado, estoy yo. Que escribo porque me hace sencillo el expresar palabras que no soy capaz de decir en voz alta y más porque me deja imaginar con cosas imposibles. Y todo eso hace que lo que hacemos tenga valor. Lo mejor de todo, es que siempre dejamos una parte de nosotros dentro de lo que hacemos, creo que ese es el verdadero significado del arte; el poder ser nosotros mismos a la hora de crearlo.

Algo que me gusta mucho de Jaz es que dice las cosas de una manera única; como si toda oración tuviera importancia y debe de ser escuchada.

—Siempre me digo eso cuando voy a algún museo o exposición de arte. Todos los artistas que participan ahí dejan un poco de ellos en cada cosa y eso me hace tener otra perspectiva de lo que veo —continua Jaz y baja la mirada hacia nuestras manos entrelazadas y apoyadas sobre la manta del suelo—. Y es exactamente lo mismo que analizo de tus dibujos, tu esencia.

El Significado De Nuestro ArteWhere stories live. Discover now