El rostro sonrosado del menor era totalmente un espectáculo para el, aunque por mantener los ojos cerrados y su atención en sus acciones no lo dejaban disfrutar mucho la vista, pero todo valía la pena, ZhangHao espero todo una eternidad para que este momento caluroso con su omega sea dado que no sabe cual de sus dos cabezas debería usar en esta habitación.
El siente el paraíso en sus labios en sus labios mientras impactaba con su piel suavemente.
El aleteo en su estómago, su vergüenza yendo a un drenaje, al no tener pudor ni razón de que ahorita mismo se hallen en casa de su novio para supuestamente ver una película. A Zhang no le importaba, solo seguir tomando a su bebé con un estilo de pasión indomable era su preciado lujo del presente.
Pero.
Al parecer se olvidó de que tipo de omega se trata su bebé.
—¡A-ah! ¡Zhangie! — chilla el pelinegro al sentir los labios contrarios tomar un rumbo por debajo del mentón, casi en el cuello. — ¡Hao!
Oh, vaya.
El alfa para en seco, subiendo la cabeza para verificar no haberle hecho daño a su omega, mirándolo tan preocupado como si su alma dependiera de un hilo muy delgado.
—¿Qué pasó, Binnie? — pregunta con un tono sorprendentemente tan suave y alarmado. La mayoría de veces el describía su voz como una gélida si se trataba de usarla con el resto, pero para el moreno, le salía dulce y serena.
ZhangHao se queda confundido al momento en que Hanbin abre lentamente los ojos, mostrando esa figura de un hamster pequeño enojon, tomando contacto visual directo, y luego haciendo un puchero.
—Se supone que veríamos películas... — reprocha en un murmuro con las mejillas sonrosadas, en parte esa sí era la razón. ZhangHao suspira algo aliviado, aunque un poco decepcionado, estaba tan cerca... como las otras treinta y cuatro veces.
Sí, el las contaba.
—Bueno, al menos solo era eso. — habla para si mismo acomodándose otra vez al costado del omega. Hoy no será el día.
Hanbin deladea su cabeza y toma una boca nada de aire con el propósito de seguir continuando la película de princesas que se habían dispuesto a ver al principio, sin embargo, este lanza un dramático grito de horror al visualizar el pase de los créditos en un fondo negrusco, cayendo en cuenta que no apretó el cuadradito que significa "stop" en el momento debido.
—¡Por culpa de hacer esas cosas raras no ví la parte en donde Tiana se convierte en humano! — lloriquea el omega. — ¡Has destruido MI infancia!
El regaña y ZhangHao se encoge un poco en su sitio.
—Pero Binnie, ya has visto esa película millones de veces, ya te sabes esas partes derecho y al revés — se intenta excusar el castaño. —, además no es cosa del otro mundo tener se—
Rápidamente, ZhangHao siente una mano en su boca, y de soslayo, un Hanbin con las mejillas ceñidas del rojo más fuerte que haya visto sosteniendo con sus palmas los labios del alfa, que arquea una ceja cruzándose de brazos, desorientado.
El castaño abulta los labios aunque su novio no los vea por la mordaza carnal que lo cubría, solo con Hanbin hacía esas acciones bajas, los demás ni en sus sueños atisbaran a un ZhangHao con un puchero.
No, no.
—¿dbije adlgdo mabdo? — intenta hablar bajo la mano que lo cubría. El pelinegro niega. — ¿ebntonbcesb nobtebgusbtob?
Lo último suena desanimado. Hanbin frunce el pequeño ceño levemente, claro que sí le gustaba las sensaciones que le transmitió el alfa en momentos anteriores. Solo que se trataba de otra cosa, algo como desconfianza.
Estaba segura que más allá de la vergüenza, ZhangHao creía que se trataba de su inocencia el hecho que lo impide llegar a realizar el segundo paso de la relación, ya que sería su primera vez. No obstante, era todo lo contrario, Hanbin sabía perfectamente conllevar temas sexuales, sabía que esos besos en el cuello que le ofreció su novio iban a bajar poco a poco hasta llegar 'ahí'.
Y a decir verdad, Hanbin le teme algo a ser... ser "lastimado" en esa zona por la rudeza del momento. El día en que su hermana mayor, Sung Yujin, regresó a casa luego de que se esta haya pasado su celo con su novia, y acompañada de una novedosa marca que representaba el reclamo de una alfa, le forzó a contarle con detalles sobre la famosa experiencia.
Incluso la pobre Yujin se hallaba ese día muy adolorida, esta no demoró en narrar cada suceso para que lo deje descansar. El pelinegro juraba que llegó a explicarle las posiciones que tomaron Xiaoting y ella, quedando de acuerdo en que todas eran dolorosas y extrañas, muy excéntricas para su persona.
Niega con la cabeza, sacándose esas ideas.
—Solo quería verla — demanda apagando la pantalla para regresarla en televisión por cabe normal. Tira el control por la mesita de su lado y apoya la cabeza por el plano pecho de su alfa, Hanbin presiente calidez, y los latidos contrarios en su oído. —. Zhangie...
—¿Uhm?
—¿Me amas mucho? — pregunta levantando sus ojos en dirección al castaño. ZhangHao esboza una sonrisa enternecida y le da un beso en la frente con mucho cariño.
—Es obvio que te amo, Binnie, tanto que moriría por ti. — contesta sin titubear. El pelinegro abre los ojos con demasía y le tira un golpe sonoro en el hombro. — ¡Auch! ¡¿Y eso!?
—¡Es por decir que morirías por mi! — reprochó. — Tu no vas a morir Zhangie, jamás lo harás, es más, eres inmortal, o más te vale serlo o no te vuelvo a hablar en tu vida y encima lloro.
Intenta amenazarlo fulminándolo con los ojos para luego cruzarse de brazos y el alfa los tuerce con un poco de miedo.
—L-lo que tu digas, bebé.
Porque sí, Hanbin a pesar de todo era el bebé de ZhangHao. Aunque el castaño se tratase de un celebre alfa que marca pavor en cada paso que da, conllevando todos los días de su vida una chaqueta tan oscura como describirían todos su corazón, y una fuerza férrea en los campeonatos contra adversarios de la escuela. El solo tenía a un omega a quien amar.
Y a quien temerle a veces porque lo ama mucho.
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