El deseo de Eddie

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En la oscuridad de un cuarto que solo era iluminado por las velas coloridas de un pastel de manzana que emanaba un olor exquisito a dulce merengue de limón que mezclado con la crocante corteza de los bordes regalaba una vista espectacular a cualquiera que lo observará. Las personas rodearon la mesa emocionados por cantarle por primera vez al miembro más joven de la familia, todos menos un tal tipo llamado Rafael, el hombre pedía al cielo y al infierno que ese intento de fiesta barata se acabará de una maldita vez, necesitaba irse urgentemente a mostrarle a los jefes del canal la porquería de títere que hizo Jonathan para ver si le daban el visto bueno o tener que hacer cambios drásticos en el aspecto de los personajes para hacerlos más llamativos y tiernos para los mocosos babosos de las familias pobretonas del país.

Rafael miraba a Wally poniendo su mejor sonrisa, el peli azul solo lo ignoraba y veía como Jonathan le entregaba un cuchillo.

-Ser el primero en cortar el pastel da buena suerte- Dijo Jonathan sonriendo.

Wally tomo firmemente el cuchillo y corto una parte del pastel que parecía tener más manzanas. Eliza lanzó al aire un buen puñado de confeti en forma de celebración que su hijo ya cumplió un añito aunque hipotéticamente Wally parecía más un joven de unos 18 años por su tono de voz y aspecto físico técnicamente era un niño inocente que no conocía el mundo exterior y que apenas cumplió un año de vida. Rafael dió un suspiro de alivio y espero que prendieran la luz y repartieran el pastel para rechazarlo cortésmente e irse de vuelta a su casa junto al titere de Barnaby.

Wally deseaba con todo su ser detener a Rafael, pero por otro lado su papá Jonathan necesitaba ese trabajo y para tenerlo Wally debía permitir que el doble cara de Rafael se llevará a su nuevo mejor amigó, un amigo que no era consciente de lo que pasaba porque no estaba vivo, solo era un objeto inanimado del montón.

-Buenas noches familia, muchas gracias por haberme recibido, feliz cumpleaños Wally y que cumplas muchos más- Rafael tomo a Barnaby y se dirigió a la puerta.

Jonathan fue a abrirle la puerta a Rafael.

-¿Leíste el contracto que te di?- Pregunto Rafael.

-Si, espero que le gusten mi creación ¿Luego tenemos que mostrarle un guión?- Dijo Jonathan.

-Lo del guión me encargo yo, tu solo preocúpate de tu siguiente creación- Rafael le dió a Jonathan un papel.

-Entendido, que pasé buenas noches- Se despidió Jonathan.

-Adios- Dijo Rafael sonriendo.

Jonathan leyó la hoja ya podía hacerse una idea del siguiente títere que hará.

En una de las sillas que rodeaba la mesa, un tímido Eddie compartía parte de su pastel con un muñeco inmóvil que solo lo miraba fijamente sin cambiar su expresión sería, aquella atmósfera que emanaba ese duo era de amor, un amor que nunca se volvería cierto por parte de uno de ellos que no estaba consciente, su vida no existía adiferencia del cariñoso peli rojo que al igual que el pequeños Wally era demasiado inocente para darse cuenta que Frank, el titere que ahora se hallaba enfrente de el no era más que un objeto que necesitaba que alguien más lo controle para recrear la ilusión de la vida.

-Me gusta mucho este pastel, lo dulce no tapa el sabor de la manzana- Dijo Eddie acercando la cuchara a la boca de Frank- Perdón, seguro que no tienes hambre y estás cansado, si quieres puedo acompañarte a tu cuarto-

Eddie espero que Frank le contestará, solo recibió un silencio incómodo por parte del peli negro, Eddie no tardó en llegar a la conclusión que posiblemente Frank no le halla hablado porqué no le agradaba, ese pensamiento golpeó muy fuerte al frágil corazón del peli rojo que solo volteo su cabeza a un lado en señal de tristeza y decepción por si mismo.

-Lo siento, no debí fastidiarte- Dijo Eddie a punto de llorar.

El peli rojo se levantó de su asiento y fue al cuarto de las niñas a llorar debajo de las sábanas para que nadie lo oyera, solo quería calmar su tristeza de la manera que le enseñaron, sólo, sin que alguien estuviera cerca de el para tratar de animarlo. Eliza vio como Eddie gateaba hasta el cuarto de las niñas y su cara reflejaba todo menos alegría, la señora no necesitaba ser un genio para darse cuenta que la tristeza de Eddie tenía que ver con aquel muñeco de expresión amarga, Eliza tomo al muñeco de Frank y fue caminando al cuarto de sus hijas a ver cómo estaba su bebé.

La mujer no sentía como raro pensar que Eddie era su bebé porque ya de por sí Wally se convirtió en su peculiar y adorable hijo, al ver a Eddie gatear no se resistió en denominarlo cómo su bello bebé.

Eliza escuchó los desgarradores sollozos de Eddie preocupandola.

-¿Eddie?- Eliza se acercó a una de las camas.

-Vete por favor - Dijo Eddie aún debajo de las sábanas.

-Hay mi bebé ¿Que te pasó? Cuéntame- Dijo Eliza acariciando encima de las sábanas.

-No es sencillo de explicar- Dijo Eddie mientras se quitaba las sábanas.

-Si no es sencillo de explicar, entonces me quedaré aquí hasta que encuentras las palabras correctas para explicarme lo que te pasa, no voy a dejarte solo Eddie, verte de esa manera me preocupa y quiero ayudarte- Dijo Eliza con un notable cariño maternal.

-Es.... Emmm, es que...- Eddie miro a Frank.

-¿Tiene algo que ver con este muñeco?- Pregunto Eliza.

-Si...- Dijo Eddie auto abrazándose.

-Eddie- Eliza puso a un lado a Frank- Si quieres puedes susurrarlo en mi oído-

Eddie lo pensó un rato y se acercó a Eliza susurrando al oido, Eliza escuchó con atención lo que le decía su bebé dándose cuenta que lo que le pasaba a Eddie es que experimentaba su primer enamoramiento y tristemente fue hacia un títere que nunca escucharía sus dulces palabras.

-Eddie, odio decirtelo, pero Frank no está vivo, es solo un títere- Dijo Eliza abrazando a Eddie.

-¿No está vivo?... Eso explica muchas cosas- Dijo Eddie desanimado- Déjame solo por favor-

Eliza sabía que decirle eso a Eddie lo lastimo, pero era mejor que supiera la verdad que este detrás de algo que jamás le hará casó.

-No voy a dejarte sólo- Eliza le dió un beso en la mejilla a Eddie.

Los dos se quedaron juntos por un buen rato, Eliza se quedó dormida ya que después de las 11:15 le daba sueño sobretodo si se levanta tan temprano como está mañana. Eddie vio que la señora dormía plácidamente, su cara reflejaba serenidad absoluta, Eddie acomodo a Eliza en la cama para que descansará aún los demás miembros de la familia seguían en la cocina viendo la reacción de Wally al abrir sus regalos.

Eddie tomo a Frank que se encontraba en el suelo y lo abrazo con fuerza, suplicandole al cielo en poder compartir su energía con su amado, darle la vida que se merecía, escuchar su voz, verlo sonreír.

Una luz salió del pecho de Eddie transformándose en una bola de energía que floto al pecho de Frank, Eddie aterrado soltó a Frank dejándolo caer al suelo, el peli rojo de la impresión dió unos pasos hacia atrás mientras veía como el cuerpo del peli negro emanaba un aura azul que se esfumó de golpe. Eddie no pudo decir algo ya qué se sentía débil como si su cuerpo le fallara en responder.

-¿Que me está pasando?- Dijo Eddie mientras respiraba de manera agitada.

-Creo que tienes un desgaste por exceso de trabajo-

Una voz masculina y algo nasal se hoyo, Eddie vio como Frank se levantaba del suelo quitando el polvo de su ropa.

-O tal vez necesiten dormir, estás no son horas para estar despierto- Dijo Frank con los brazos cruzados.

Eddie no dijo nada solo miro como Frank camino hasta la puerta.

-Ire a buscar algo de leche tibia, quédate aquí- Dijo Frank para luego salir.

Eddie se quedó en shock, su anhelo se hizo realidad, ahora, Frank estaba vivo.

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