Perderte por una Estupidez

Dos

- Buen día - sonrió para entrar con notoria felicidad, estaba acostumbrado a que nunca le dijera un "pase" o que lo ignoraran.

- Buen día Akaza-kun - era la única quien lo saludaba - Ten, te quería dar tu bolsita, es muy linda - se la entrego.

- Si quieres te la puedes quedar, la e echo especialmente para tí - sonrió para entregársela de nuevo - Un delicado cerezo - su comentario hizo que la chica se ruborisara y aceptará la bolsita.

- Muchas gracias - se la llevó a su pecho - la cuídare muy bien - le regaló una ligera sonrisa  - bueno tengo que ir a dar clases, no llegues tarde - se despidió y salió del salón. Akaza asintió y se dió la vuelta para ir a su destino.

- Buen día Kyojuro - trajo su mochila hacia enfrente pero su vista hizo que se detuviera y no abriera su bolso - ¿Q-Qué es esto? - intentaba calmarse y no estallar.

- Alguien me lo obsequió - su mirada parecía desinteresada - hoy no será necesario - miro su bolso. Akaza sonrió un poco o al menos quería intentar hacerlo.

- ¿Quién fué? - esa pregunta hizo que tuviera la mirada fuego sobre él.

- Eso no importa - Akaza empuño su mano y dio un golpe sonoro a su escritorio dando señal a una pelea que todos los profesores quisieran salír de su propio salón para profesores.

- ¡¿Es ése Omega?! - el Alfa de enfrente ladeo su rostro - ¿Con el que chocaste ayer? - para todos aquello ya se estaba volviendo algo mental al escuchar que aquel Omega espiaba al Alfa. - ¿¡Dime es ése Estúpido!? - era obvio su rostro se lo decía. Tomo aquel bento para arrojarlo al suelo. Otro berrinche pensaron la mayoría, no era nuevo de aquello y luego nuevamente el profesor iba a aceptar su berrinche por solo tener paz o al menos eso creyeron todos.

Kyojuro rápidamente se levantó de su escritorio y tomo del brazo al Omega, no media su fuerza y era evidente por qué hasta el Omega sintió  dolor hasta que fue soltado como si se tratase de basura fuera del salón. Ahora estaba frente al Alfa que se veía enojado.

- ¡Ya me cansé de tus berrinches, deja de comportarte así que nadie te a dado el derecho! - Era la primera vez que sentía miedo al tener las palabras de su Alfa así de frías.

- ¡Si no hubieras aceptado su "obsequio" no estuviera así! - apretó su uniforme y es que sentía un gran miedo al tener las feromonas del Alfa de aquella manera.

- ¡Entiende, tu no me puedes mandar a quien debo o no debo aceptar sus obsequios, no tienes el derecho! - alzo otra vez la voz ahora masajeando su entrecejo.

- ¡Soy tu destinado!, ¡¿Acaso eso no importa?! - pregunto casi al borde de las lágrimas.

⌚⌚

Era el sonido de su reloj, su alarma qué decía que se le iba a hacer tarde, pero ahora no importaba, quería saber su respuesta.

- Ya se te hace tarde.... Vete - ordenó para darse media vuelta pero rápido fue detenido de la manga por el Omega.

- Responde - Su rostro y feromonas que soltaba decía que iba a romperse a llantos.

- ...... Hoy no te  quiero cerca - despues de eso solo pudo ver el pedazo de madera cerrado en su cara, de su rostro bajaron aquellas lágrimas que contenía tanto. Iba por todos los pasillos secando sus lágrimas pero no podía parar, tenía que calmarse y ver nuevamente el lado positivo de todo... Cómo siempre lo hacía, su Alfa no le dijo que no valía nada ¿Verdad?.

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La puerta del aula sonó, sabía muy bien quién era y negó al ver que había llegado 10 minutos tarde. Se acerco y abrió la puerta para encontrarse con el Omega, en otra ocasión lo hubiera regañado pero su rostro o más bien sus ojos y mejillas rojas decía por qué se había dilatado.