# 03: Llena de inseguridades...

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—¡Quédate... vuelve a casa con nosotros! — rogaría la adolescente con sus manos aferrándose a la muñeca de su preciada madre que no encontró un mes atrás. Las lágrimas rodando por sus mejillas saladas a medida que intentaba luchar con arrastrar a su madre de vuelta a casa donde pertenecía.

En donde la necesitaba con tal de sobrevivir.

E inesperadamente su madre hizo lo único que nunca espero sentir: La fiereza de responder al apartar su brazo con fuerza con tal de hacer que su propia hija perdiese el equilibrio. Cayendo al suelo. Sus ojos abiertos de par en par cuando observo la mirada fría en el rostro de la mujer que una vez fue su mundo entero, todas esas conversaciones gratas... esos momentos que se sintieron como su plena felicidad se desvanecían.

—¿Mamá...? — pregunto con un hilo de voz al verla observarla con odio.

—¿¡Quién te mando a buscarme!? — rechisto ella con un tono cruel en su voz cuando desde sus ojos resplandecía el odio —. ¡Mírate... eres todo lo que odio, te ves igual a tu padre y a tus hermanos! Vete de aquí. Porque no pienso regresar a ese infierno, ustedes no son mi familia, no eres mi hija.

Permaneciendo en el suelo observo como esa mujer que cuido siempre de ella en su infancia vociferaba en su contra. Las lágrimas seguían deslizándose. Desde el suelo podía ver como la vida que siempre tuvo se deslizaba fuera de su alcance... no era capaz de alcanzar a su madre, quizá si de comprenderla, pero sus maneras de actuar... nada lo justificaba.

Absolutamente nada.

& se sintió absolutamente traicionada esperando que esa mujer entendiese o al menos viese el nivel de dolor que estaba sintiendo al ser abandonada. Observándola adentrarse a su nueva residencia donde se encargo de cerrar con llave. Pero esas palabras... esas crueles palabras permanecerían con (t/n) hasta la eternidad para quemarla internamente.

"No eres mi hija."

—¿(t/n)...?

La voz retumbaba como un eco en la distancia que luchaba con hacerse oír o notar en la adolescente que se desvaneció en las tristes memorias de un día que pudo haber sido lluvioso. Pero no. Solo ella estaba llorando desde el suelo, levantándose por cuenta propia, observando las heridas en ambas palmas cuando dio contra el suelo, no era de extrañar que estuvieran machas leves de sangre cuando el suelo tenía vidrio de autos que solían tener accidentes.

—¿(t/n)... nos puedes oír? — se unió otra voz que en esta ocasión fue suficiente para atraerla de vuelta en la realidad. Recordando que estaba sentada en esa mesa. En medio de Freddy & Anne, quién sin que la misma (t/n) lo notase, la guio para sentarse cerca del chico que estuvo contento con esa idea, aunque (t/n) estuvo más distraída que nunca esa tarde, o ese día en total cuando concentrarse fue completamente una tortura.

Se cumplía un mes de ese fatal encuentro con la persona que rompió su confianza.

—Oh, hola Billy — saludo (t/n) al salir de su trance al notar al chico que estaba de pie tras Freddy.

—Hola (t/n) — le saludo él con una sonrisa grata al verla de vuelta alrededor... ella seguía siendo su amiga a pesar de que perdieron el contacto. Y como el resto continuaba preocupándose por su bienestar.

—Ah... le estaba contando a la nueva amiga de (t/n), Anne, lo increíble que eres — Freddy contesto prontamente.

—Tenemos que hablar.

—Tenemos que hablar, le encanta hablar — se burlo Freddy —, es muy hablador... tengo que irme ahora vuelvo.

—(t/n), necesito también hablar contigo — añadió finalmente Billy.

Resurface; The Rest Of My Life {Freddy Freeman & Lectora} #3 FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora