CAPÍTULO OCHO

494 44 1
                                    

“Estamos casados”

Año 1530
Palacio Topkapi, Estambul

El sultán Suleyman ahora estaba casado con Hürrem, ella ahora ya no era una esclava, había pasado al rango más alto del harem después de la madre sultana.

El sultán feliz vuelve al palacio junto a su ahora esposa. En los aposcentos de la Valide sultán se encontraban todos sus nietos, Mahidevran y Hatice.

— ¿Dónde está Hürrem? ¿Por qué no está aquí aún? — pregunta molesta la Valide a Daye.

— No está en ningún lado sultana

— Y no es la primera vez ¿verdad? — comenta Mahidevran.

— Porque Hürrem... Debería estar aquí junto al sultán. — responde nerviosa. — ¿Dónde están? ¿Por qué tardan tanto?

Se escuchó el sonido de la puerta, un aga la abrió y dejó ver a Hürrem y Suleyman.

— ¡Su majestad el sultán Suleyman!

— Estaba preguntando por ti, me preocupe, ¿Por qué tardaron? — decía la Valide.

Suleyman toma la mano de Hürrem y comienza a hablar.

— Madre querida, tengo algo muy importante que decirte. — dijo. — Si llegamos tarde al palacio fue porque Mufti nos unió en sagrado matrimonio. Hürrem y yo estamos unidos para siempre.

Hürrem sonríe triunfante, mientras que los bellos ojos de Mahidevran comenzaban a cristalizarse.

La pequeña Zeynep observaba con re celo a su padre, Suleyman veía fijamente a los ojos de su joven hija.

— Y bueno madre ¿no dirás nada?  - Hürrem traga amargamente a la nula respuesta de la sultana frente a ella.

Suleyman suelta la mano de Hürrem, y está se dirige a la madre sultana para besar su mano, aún que la Valide se la niega.

— Madre.

La Sultana le niega la palabra a Hürrem poniéndose de pie llendo con el sultán.

— ¡Nunca! Nunca te perdonaré lo que haz hecho. - decía firme ante su hijo.

Suleyman quieto hasta que su madre se desmayo cayendo en sus brazos, llamando la atención de los presentes.

— Madre.

Fuera del palacio se anunciaba la noticia de la boda del sultán Suleyman con su concubina Hürrem.

Noticia que molestó a más de un estadista. Aquella mujer no era querida por los otomanos, su apodo fuera del palacio era nadamás el de una bruja rusa.

En el harem la Valide sultán, callada en su asiento con sus dos hijos a su lado, Suleyman y Hatice.

— ¿Te sientes mejor madre? - preguntaba Suleyman.

— ¿Por qué? ¿Qué has hecho? Estás tan ciego que no puedes ver las consecuencias.

Daye y otra criada se acercaron llevándose a la Valide a su habitación, no sin antes ver a Hürrem con una mirada fulminante.

Hatice se iba junto a su madre, dejando a solas a los recién casados junto con Mahidevran.

— Es lo que pasó, se casó con ella. - dice dejando la copa con su bebida. — Mi pesadilla se hizo realidad, ¿cómo pudo hacerlo a mis espaldas? Voy a enloquecer, nunca creí que esto sucedería algún día.

— Por favor cálmate madre, es malo para tu salud.

— Preferiría morir a tener que presenciar esto. 

En el harem...

— Sultana, ¿acaso no me felicitara? - comenta Hürrem hacia Zeynep.

— Felicidades padre, espero y logré ser feliz, aún que no sea con mi madre. - sollozo poco y se fue a sus aposcentos.

Las palabras de su hija resonaban en la mente de Suleyman, ¿Acaso cometía un error? Se preguntaba.

El amaba a Hürrem y aún que no sienta lo mismo por Mahidevran ellas siempre sería su primer amor y siempre la tendría en cuenta. Por ahora....

Al volver a sus aposcentos, la pequeña Zeynep miro a su madre en el suelo devastada llorando sin parar.

Rodó los ojos, ella había visto más de mil veces a Mahidevran llorar sin parar.

No entendía su comportamiento, seguro se la pasaría días llorando en su habitación, lamentándose de su triste vida.

Decidió irse con su abuela, ella era más parecida a Zeynep, todo lo contrario de Mahidevran.

— Sultana. - entro Zeynep reverenciando.

— Mi querida, acércate.

Se cumplió abuela, la serpiente rusa logro su cometido, el sultán se casó con ella.

La joven princesa se sentó aún lado de su abuela, recostarse en su regazo fue lo siguiente que hizo.

— Mi querida, no te preocupes todo estará bien. - acarició los delicados cabellos de oro de su amada nieta.

— Eso espero. - suspiro.

Ambas eran muy parecidas, se entendían bastante bien.

Zeynep se quedó dormida sobre el regazo de su abuela, al darse cuenta la madre sultana se levantó acomodando la cabeza de la niña en el asiento.

Suleyman deseaba hablar con su madre, al ingresar a los aposcentos observó a su pequeña hija durmiendo plácidamente.

— Es hermosa cuando duerme.

— Así es, "la sultana de oro"

— Mi joya más preciosa. - dijo Suleyman besando la frente de su hija.

Se dispuso a hablar con su madre, su boda con Hürrem era algo muy importante para el.

Converso con su madre, ella prometió tratar de aceptar a Hürrem, pero en el fondo planeaba como deshacerse de ella.

Suleyman trago en seco, su madre era una mujer de cuidado.

Dejo un beso en su mano y salió de ahí,

El pronto se iría a una campaña y ahora se llevaría a su hijo Mustafa.

El pronto se iría a una campaña y ahora se llevaría a su hijo Mustafa

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Vota, Comenta Y Sígueme para más.

LA SULTANA DE OROWhere stories live. Discover now