Cuando tenia 8 años mi abuelo me invitó a un concierto en el teatro regional lucho gatica, por mi cumpleaños.
Tuvimos que tomar un bus bien temprano en la mañana para llegar a la región de Rancagua.
durante ese viaje hice muchas cosas nuevas, probe por primera vez la mayonesa en un Burrito, conocí a mi tía susana la hermana menor de mi abuelo, conocí Rancagua, conocí el teatro.
Y lo que más me gustó fue entrar al ensayo. mi tía junto con su grupo de costureras hizo todos y cada uno de los trajes de los músicos, y fuimos a entregarlos directamente en el teatro y nos dejaron pasar, fue muy lindo y en un momento salieron todos los músicos al escenario y empezaron a practicar.
Mi abuelo me incitó a meterme en el escenario y observar mas de cerca a los músicos, los instrumentos y toda la preparación, yo le dije que no enseguida porque tenia miedo de que nos echaran o que interrumpiera el ensayo, a lo que me respondió;
- pero mijo, si nosotros trajimos los trajes para ellos no pueden estar enojados con nosotros, ve y divierte allá adentro.
-me tomo de la mano y caminamos unos pasos asta un puente en el cual se accede al escenario principal, lo primero que vi fue un gran instrumento de madera apoyado en el piso, la gente me miraba mucho, pero estaba demasiado entusiasmado para hacerles caso.
caminé un poco por el lado derecho de la orquesta donde se encuentran los contrabajos y la percusión, en ese entonces yo no sabía que era eso, pero si lo estaba disfrutando.
Vi 3 grandes tambores que necesitaba tocar y golpear, y como si el musico me hubiera leído la mente y pregunto:
- oye niño, ¿quieres tocar?
asentí con la cabeza y me acerqué.
-mira, tienes que tomar este bastón de aqui y golpearlo justo en el centro.
Era muy pesado para mis pequeños brazos, asique lo tome con las dos manos, y golpee con todo de mí, y sono muy despacio. me decepcionó.
-jaja, no te preocupes, cuando seas más grande tendrás fuerza para tocar cuanto quieras.
Ese fue mi comienzo, aunque la historia no termina aquí.
Después de eso no pare de investigar sobre los instrumentos y cada vez me interesaba más, le pregunte a mi mamá si me podría comprar un violín para navidad, pero esa no parecía una opción.
Con la entrada a clases y yo habiendo pasado de curso a quinto básico, ya me podía unir a los talleres.
asique fui enseguida a inscribirme, en ese entonces yo era muy cobarde y me daba miedo que me dijeran algo malo, asique le pedí que me acompañara a mi amigo diego.
Era mi mejor amigo, íbamos a todos lados juntos y el era menos pensativo que yo asique ni siquiera lo pensó y me acompañó.
Entramos al gimnasio de la escuela. ¿la recuerdas?
nos metimos entre las gradas y encontramos una pequeña sala de clases que tenia la puerta muy decorada con notas musicales.
Vimos por la pequeña ventanita y vimos a dos mujeres, que eran bastante jóvenes, y parecían estudiantes de último año tocamos la puerta y rápidamente nos recibieron.
-hola niños, ¿Cómo están?
Hablo una de las mujeres, tenia el pelo rojo y los labios tambien.
-yo soy la profesora Constanza, la profesora de violín.
- y yo me llamo blanca, soy la profe de chelo, díganos, que los traen por aquí?
Ella era mas morena, usaba unos lentes muy brillantes y tenia el pelo rizado y corto asta el cuello.
-quiero meterme al taller de violín.
Respondí algo más tranquilo, con la cálida bienvenida de las profesoras.
- hay mi niño perdon, los cupos ya están llenos, ya no nos quedan mas violines
- pero no se desanimen, aun quedan cupos para el taller de violonchelo! Se que no es lo que buscaban pero igual va a ser entretenido.
No me parecía mala oferta asique me entusiasmé y asentí con la cabeza.
- muy bien, pues les voy a tomar las medidas.
Para ese entonces diego no estaba interesado en inscribirse conmigo al taller, pero como la profesora nos avía incluido a los dos, pues diego tambien se interesó.
la profesora blanca saco un violonchelo y me sentó en una silla.
Apoyo el violonchelo en mi regazo y me dio el arco.
La miré con cara de confusión.
-toca! Inténtalo, quiero saber cómo te desenvuelves con tu instrumento.
Yo toque un poco, y recordé un video de un señor que explicaba como tomar el arco correctamente y seguí sus indicaciones, la profesora se sorprendió y me dijo que tocara.
Toque un poco, y algo intimidado por el fuerte sonido que producía, no pude aguantarme la risa, solté una carcajada y diego me acompañó.
Lo tomó como un juego y gritó,
-es mi turno!
Después el se sentó y toco mucho mas fuerte.
La profesora nos dio una cartita para nuestros padres que les tendríamos que entregar firmadas y respondidas al día siguiente.
Ya inscritos en el taller y empezando nuestras clases, ya se empezaban a ver los avances.
a lo largo de ese año pudimos aprender la técnica básica y logramos participar en dos conciertos, uno para una graduación de cuarto medio y otro en nuestro colegio para la presentación de talleres.
Luego llego la pandemia.
Y a este pequeño sueño musical, lo abría afectado, ya no mas musica para mi supuse.
y después se estabilizó y tuve la oportunidad de estudiar por un año violín, con dos clases a la semana y aprendí un montón, pero tambien lo tuve que dejar, porque no me llenaba el alma como lo hacía el chello y para ese momento mi profesora ya se avía ido del colegio y no pude seguir.
Hasta la actualidad.
Este año mi nuevo colegio empezó este taller de musica donde pude retomar mi camino musical, y pude reunir todo mi conocimiento adquirido y con solo 2 meses de tener un chelo prestado una vez a la semana ya estoy a un nivel avanzado. Este año me he educado prácticamente solo y ya he avanzado un montón, hasta el punto donde convencí a mi padre que me comprara mi propio violonchelo, y talvez llegue a ser alguien en el futuro.
