1.02 Es hora de escapar

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ㅤㅤㅤㅤ—Bror, despierta. —Sigulf llamó a Kristoff.

El momento indicado finalmente había llegado.

No había tiempo que perder, Merle había llegado esa mañana y sin darse cuenta, le había dado información valiosa a Sigulf.

Sin pensarlo demasiado, con la mente puesta en la esperanza de finalmente escaparse, Sigulf había cortado los alambres en sus muñecas después de que el tipo haya salido de la habitación.

Sabía que después de hacer eso no habría vuelta atrás, pero ésta era su oportunidad dorada.

Cuando los gritos no dieron resultados para despertar a Kristoff, decidió golpearlo con mano cerrada, sabiendo que el impacto sería lo suficientemente fuerte como para despertarlo. Y así fue.

No le gustaba tener que usar esos metodos, menos sabiendo que Kristoff ya había recibido suficientes golpes por el resto de su vida, pero el tiempo fue clave para que todo funcione y Kristoff debía estar consciente lo más rápido posible.

—¿Sigg? ¿Qué haces aquí? —murmuró Kristoff, abriendo lentamente los ojos.

Fue en ese momento que Kristoff se despertó por completo, mirando a su mejor amigo frente a él, en lugar de estar atado a la mesa de trabajo como debería.

Primero la confusión se instaló en su mirada pero fue cuestión de segundos hasta que finalmente aspiró una bocanada de aire y la emoción fue lo único que brilló en su rostro.

—¿Nos estamos escapando? —la mirada de suplica en los ojos de cachorro de Kristoff hicieron que Sigulf suelte una risita emocionada.

Asintiendo con la cabeza ante las palabras de su amigo, Sigulf lo tomó por los hombros y lo sacudió levemente, quién se movió a la par entusiasmado, feliz de saber la buena noticia.

—Llegó el momento. —afirmó Sigulf sin un rastro de duda—. Lo estuvimos planeando demasiado y hoy llegó el momento.

—¿Por qué hoy entre todos los días? —consultó Kristoff, su mirada detonaba curiosidad por sobre todas las emociones, lo cuál logro animar a Sigulf a que se explique sin sentir culpa por haberse liberado impulsivamente.

—Merle vino hoy y se le escapó más información y todo sin darse cuenta. ¿Recuerdas las dos mujeres que nos había mencionado antes?

—Oh sí, una de ellas era parte de su grupo en las afueras de Atlanta, Andrea. —recordó Kristoff, con un asentimiento.

—Exacto, Merle llegó muy apurado hoy gritando que había muchas cosas que debía hacer y que el gobernador no quería ayudarlo a encontrar a su hermano entre muchas otras estupideces, pero se le escapó que hoy estarían buscando a la samurái Michonne. La habían dejado ir y bror... Nuestras teorías eran ciertas, todo el que quiera escapar ellos irán a buscarlo y o la matan o...

—La traen aquí con nosotros. —concluyó Kristoff por él.

—La idea es que para cuando ellos lleguen nosotros ya no estemos aquí. Se llevaron a casi todo el escuadrón a buscarla, debe ser muy fuerte y peligrosa.

—Si maneja una katana y llevaba esos dos draugr como Merle nos comentó, yo también habría llevado un equipo completo... Ya sabes, si fuera un puto psicópata que mata personas en vez de dejarlas ir como una persona normal. —concluyó Kristoff, sonriendo al escuchar la carcajada de Sigulf.

—Ni siquiera Gargulio se quedó a hacer guardia. —recordó Sigulf, sabiendo ambos la pequeña broma interna que tenían acerca de ese chico.

Lo cuál, si se lo ponían a pensar era una broma bastante ridícula y si no fuera porque aquél idiota de Gargulio en varías ocasiones había golpeado a Kristoff, ambos amigos probablemente le tendrían al menos un poco de lástima.

LOYALITET, Glenn RheeOù les histoires vivent. Découvrez maintenant