❝Nadie ha venido a buscarte, Lía. Pero puedo dejarte ir si me haces una buena mamada.❞
✧ Leer bajo tu responsabilidad.
↬ Contenido +18
↬ Lenguaje explícito.
✧ Prohibida cualquier copia, plagio y adaptación.
✧ Historia totalmente mía.
✧ Si no te gust...
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— A veces no puedo creer lo cretino que siempre eres. —me quejé mientras veía como los vehículos delante nuestro comenzaban a moverse cuando escuchaban la sirena detrás de ellos. Lo vi sonreír y apagar la sirena cuando estábamos entrando a una zona bastante tranquila.
Finalmente frenó al llegar a un callejón rodeado por varias casas que parecían estar abandonadas hace tiempo. Que conveniente conocer bien el área donde trabajas. Dejó su radio y demás cosas en el asiento de copiloto, se bajó del auto y se pasó a la parte trasera de este, donde yo me encontraba aún esposada.
— Puede que no lo admitas, pero puedo ver lo mucho que te calienta que sea así.
No me dio oportunidad de decir nada más al tomarme de la nuca para besarme. Sentí su lengua explorar mi cavidad mientras ejercía fuerza en su agarre, y eso me puso un poco nerviosa, ni siquiera podía regular mi respiración en esos momentos.
— ¿Quieres que te quite esas esposas, bonita? —preguntó en una pequeña pausa que hizo para tomar aire, negué con la cabeza y volví a unir nuestros labios.
Si, era un horror para follar, pero mierda, sus labios eran mi perdición y el lo disfrutaba. Aunque estaba siendo demasiado bueno, sentí sus manos juguetear con el borde de mi falda mientras subía sus caricias a mi cintura, probablemente en busca de algún cierre o botón.
— Las faldas resaltan tus bonitos ojos. —bromeo al tiempo que subía un poco el borde de la falda para alcanzar el borde de mi ropa interior.
— Me lo han dicho muchas veces —respondí, lo vi fruncir su ceño mientras seguía con sus caricias, y como queja a mis palabras rompió mi ropa interior en un sólo movimiento, voltee a verlo molesta.
— No juegues conmigo, Lía. Hoy no —ordenó mientras se acercaba a besar mi cuello, al tiempo que jugueteaba con el borde de mi blusa, consiguiendo desabotonarla un poco—. Esto será un poco rápido, no quiero que alguien venga a interrumpirnos y te vea desnuda.
Me tomó de la cintura y me pegó a él, para posteriormente besarme con dulzura. Estuvo de esa forma unos segundos, hasta que pude sentir como comenzaba a acariciar mis piernas, consiguiendo abrirlas ligeramente para poder meter su mano bajo mi falda.
— Esta es mi forma para pedirte perdón, Lía. Por ser un idiota contigo antes, espero aceptes mis disculpas sinceras. —lo sentí acariciar mi punto con suavidad mientras besaba mi cuello de nuevo, provocando en mí un ligero espasmo.
Bajó sus besos hasta el borde de mis pechos, donde se detuvo para lamer y chupar con un poco de fuerza, mientras continuaba trazando círculos suaves en mi clítoris, consiguiendo hacerme suspirar de satisfacción. Al menos JungKook sabía que existía un punto así en las mujeres, no parecía recordarlo aquella noche.
