Capítulo 10:

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"Susana."

Salí del hospital cansada. Había un día duro. Sólo quería llegar a casa y relajarme en el sofá. También necesitaba una ducha.

Me bajé de mi coche y saqué las llaves de mi casa.

- Susana –me volví y me encontré con Diego.

- ¡Diego! –me asusté -¿Qué haces aquí? Me has asustado.

- No terminamos la conversación.

- Estoy cansada –hice una mueca.

- ¿Podemos hablar arriba?

- No sé si María está en casa –dudé.

- Por favor.

Abrí la puerta y subimos a mi piso. Por suerte María no estaba. Nos sentamos en el sofá y me quité los zapatos, para que mis pies descansaran.

- Siento haberme presentado así en el cuartel –empecé a decir.

- Me ha gustado verte, aunque no me lo esperaba –me sonrió.

- Diego yo...

- Verás –me interrumpió –Me gustaría contarte un poco mi historia –yo asentí y me quedé mirándolo –Cuando mi amigo murió... Quedé destrozado. Sabes que me siento culpable por su muerte –su voz sonaba rota –Empecé a beber alcohol y me acostaba con cualquier chica que quisiera. Después me dije que no podía seguir así. Cambié todo. No sé cómo aprobé mis estudios de bachillerato, con la vida que llevaba. Pero lo hice. Me presenté a las pruebas y terminé el curso de bombero. Una vez dentro, hice un curso de primeros auxilios. Hasta ahí todo bien –hizo una pausa –Ser bombero es algo que a muchas chicas les atrae. Empecé a ligar, sin proponérmelo, y una cosa llevó a la otra. Me di cuenta que había vuelto a las andadas el día que mi jefe casi me despide. Vi todo lo que iba a perder, por hacer el tonto, y me dije que no quería ser esa clase de hombre. Luego pasó el accidente donde me bloqueé. Te conocí a ti y me gustaste muchísimo. El resto ya lo sabes.

- Diego, yo quiero una relación estable –suspiré.

- Lo mismo que quiero yo –me cogió de las manos.

Yo me quedé quieta. Mirando nuestras manos unidas.

- Quiero estar contigo siempre –me besó y yo le correspondí al beso.

Lo invité a quedarse a cenar. Me di una ducha rápida y salí. Pedimos unas pizzas y vimos una peli. Estaba tan cansada, y a gusto, que me quedé dormida en el sofá.

"Diego."

Cuando la vi dormida, morí de ternura. La cogí, en brazos, y la llevé a su cama. La arropé, como a una niña pequeña, y dejé un beso en su frente.

Escribí una nota y la dejé en la mesita de noche. Luego me fui a mi casa.

Por el camino me arrepentí de no haberme quedado a dormir con ella. Sabía que necesitaba descansar. Yo también estaba cansado. Llegué a mi casa y me metí en la cama para quedarme, profundamente, dormido.

"Susana."

Desperté y me encontré en mi cama. Miré la mesita de noche y me encontré una nota de Diego.

- Anoche estabas cansada y yo insistí en quedarme. Lo siento. Te quedaste dormida viendo la peli y te llevé a la cama. Me voy a mi casa para que descanses. Hablamos mañana. Te quiero.

Cogí mi móvil y le escribí un mensaje.

- Acabo de ver tu nota. Buenos días. Te podías haber quedado a dormir. ¿Trabajas hoy?

Fuego en mi interior.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora