Todos pensaban que Sunoo tenía suerte por estar comprometido con el heredero de un trono. Sunoo no cree tener suerte.
Sunghoon es un bastardo frío,
despreocupado y dominante, que utiliza tácticas clandestinas para lograr sus objetivos y que, o bie...
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Las manos de Sunoo temblaban mientras avanzaba por el oscuro pasillo. Una parte de él quería darse la vuelta y marcharse antes de que lo atraparan. Si quedara atrapado en el Segundo Palacio Real tan tarde en la noche, su reputación (lo que quedaba de ella) quedaría totalmente destruida.
Él no se dio la vuelta. Cada vez que se sentía tentado a hacerlo, todo en lo que tenía que pensar eran las palabras maliciosas y burlonas de Sunghoon que haría que cualquiera, incluso Sunoo, siguiera. No, él no estaba volviendo atrás. Él le mostraría a Sunghoon. Le probaría que Sunoo no era cualquiera. Haría que Sunghoon rogara. Rogar y arrastrarse. Y luego se reiría y lo rechazaría. La mera idea de ello, de que Sunghoon se redujera a una cosa patética y obsesionada, arrastrándose y rogando por migajas de su atención, era tan dulce que Sunoo no pudo evitar sonreír.
Valió la pena el riesgo para su reputación. Además, no era como si hubiera entrado al palacio ni nada. Simplemente se había quedado después de visitar a Jake, se había quedado mucho más allá de las horas de visita, escondido en una de las cientos de habitaciones deshabitadas. No es que hubiera estado escondido; solo quería evitar a los miembros de la sociedad y los políticos que visitaban a la Reina o al Lord Canciller. Lo último que necesitaba era que la gente notara que había estado rondando la Segunda Casa Real por la noche.
Después del baile de ayer, él y Sunghoon habían sido el foco de suficientes chismes y charlas sin agregar nada. Y si la habitación en la que se había alojado era una de las pocas habitaciones no vigiladas por la IA del palacio, Sunoo siempre podría reclamar el olvido. Jake era la única persona que lo conocía mejor: había sido Jake quien le había contado hacía años todos los secretos del palacio, pero después de su regreso de la Tierra, Jake no estaba exactamente en un estado de conversación y no era probable que lo dijera. A nadie la verdad.
Jake había estado muy distante y retirado, en realidad, pero Sunoo pensó que era normal, dadas las circunstancias, y respetaba los deseos de Jake de quedarse solo por el momento. Mientras tanto, él podría lidiar con la mierda de Sunghoon. A pesar de la hora tardía, Sunoo sabía que Sunghoon estaría en su estudio. Mientras que cualquier persona normal no trabajaría a medianoche, Sunghoon no era una persona normal. Solía regresar tarde a casa y luego trabajar desde casa hasta las horas de la madrugada, el fenómeno.
Si fuera alguien más que Sunghoon, Sunoo se sentiría mal por él por tener una carga de trabajo tan insana, pero era Sunghoon, por lo que esperaba que algún día el imbécil fuera enterrado vivo bajo una montaña de papeles.
Los pasillos del Segundo Palacio Real estaban inquietantemente tranquilos por la noche. El palacio parecía extrañamente abandonado. Sunoo sabía que la Reina y el Rey-Consorte vivían en otra ala, Jake no estaba interesado en dejar sus habitaciones, y la Princesa Mina rara vez visitaba la casa de su infancia en estos días, pero aún así...
El silencio espeluznante en un lugar tan grande hizo que Sunoo se sintiera un poco incómodo. Quizás fue la falta de criados. La Segunda Casa Real era una de las pocas familias reales que habían abandonado el uso de sirvientes en favor de los robots. La casa de Sunoo no era tan silenciosa y espeluznante por la noche.
