Maktub ~Omegaverse~ [KookMin]

3. Vorfreude

Al despertar, lo primero que detalló su pupila fue su techo de color blanco. Ladeó su cuerpo al tirar más de la frazada para cubrirse hasta la barbilla y parpadeó, encontrándose con los lujos de su habitación. Había tenido un sueño que lo dejó intranquilo, como si algo de su pasado quedara inconcluso. 

—¡Ya es hora!

Una torrente de aroma conocido se adentró en su habitación, cuya figura dueña de este se acercó hasta el ventanal para retirar las cortinas y dar paso a la luz del sol. Jimin sólo pudo quejarse.

—¡Vamos, Jimin! ¡Ahora! —Yoongi se acercó hasta él, quien se encontraba como bulto en la cama, y comenzó a darle nalgadas—. ¡Tengo noticias!

—No me importa, déjame dormir.

—¿Estás seguro que no quieres saber? —Jimin sintió cómo la esquina inferior de su cama se sumió a causa de un nuevo peso—. Es sobre una nueva película.

Eso llamó la atención de Jimin de inmediato, dejando la frazada y destapando su cabeza al enderezar la espalda.

—¿Qué? ¿Cuál?

—Dijiste que no querías saber —Yoongi fingió desinterés mientras se echaba aire en el rostro con una hoja como abanico.

—Entonces yo no te diré cómo me fue ayer con los de BY.

Al escucharlo, Yoongi detuvo los movimientos de su muñeca para mirarlo al entrecerrar los ojos.

—No me tienes muy contento. Te fuiste sin decirme nada, pensé que el subdirector te había hecho algo. Pero cuando te busqué, el tipo estaba siendo llevado por sus gatos hasta el auto. ¿Cómo regresaste a casa? Te estuve llamando y nunca contestaste. Si no fuese porque la señora Ara me dijo que habías llegado, hubiera llamado a la policía.

—No exageres.

—No estoy exagerando. ¿No sabes el peligro que puedes correr? Un fan loco o un patrocinador pervertido puede acercarse a ti.

Algo hizo click en la cabeza de Jimin.

—Alguien se me acercó a mí.

Yoongi pareció alertarse.

—No me hizo nada —aclaró rápidamente—, pero sí fue muy extraño. ¿Recuerdas el tipo de traje negro? El de MP&J.

—¿El que sólo te veía?

Jimin asintió.

—El muy imbécil me dijo que nadie debería de tener mi vida —exhaló con indignación—. ¿Puedes creerlo? ¿Quién no querría mi vida?

Yoongi no dijo nada, se quedó inundado en sus pensamientos.

—Me trajo a casa prometiendo que me daría algo a cambio por haber sido un idiota —siguió hablando Jimin—. Aunque la verdad no creo que lo cumpla. Le pedí un imposible.

—¿Qué le pediste?

—Un Daesang.

—Wah. Pues sí es un imposible.

—Ya sé —se dejó caer con dramatismo sobre el colchón.

En sus pensamientos, apareció la cara de aquel alfa; recordó su olor, aquel que le remembraba la vida que tuvo antes y de la que escapó. Odiaba el aroma de aquel.

—Pero para tenerlo, necesitas una película. ¿No es cierto?

Yoongi se acercó hasta él para dejarle caer el papel que había estado tomando. Jimin lo retiró de su rostro para poder leerlo.