Capitulo 2

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La ducha era el único lugar que tenía para mí mismo, el único espacio que tenía para estar solo ya que todo el día y la noche la pasaba con Jazmín, no es que no me guste estar con ella, al contrario me encanta pero ya no tengo vida, mi vida es ella. Ya no salgo con mis amigos tanto como antes y menos ahora que Jazzy está enferma, pero mañana es mi cumpleaños y como mañana es lunes los celebraré hoy en mi casa así que después de dos semanas volveré a ver a mis amigos, que no son muchos pero son los suficientes.


-¡Papá!- Oí gritar a Jazmín.

-Demonios- Susurré.


Cerré la llave en un dos por tres y salí de la ducha para ponerme rápidamente una toalla y salir corriendo a la habitación de Jazmín.


-¿Qué paso?- Pregunté preocupado cuando me percataba de que la reja aún estaba cerrada.


Mi corazón volvió a la normalidad a ver que la reja seguía intacta, yo ya pensaba que se había caído por la escalera o que le había pasado algo.


-Tengo hambre- Se frotó el estómago.

-Me asustaste pequeña, pensé que te había pasado algo- Le saqué el pestillo a la pequeña rejilla para abrirla.

-Estoy bien- Asintió.

-Dame un abrazo- Me acerqué y la abracé.

-¡Estas mojado!- Intento salir de mis brazos.

-No importa solo abrázame.

-Está bien- Apoyo su pequeña cabeza en mi pecho descubierto- Feliz cumpleaños- Susurró en mi oído.

-Mañana es mi cumpleaños, no hoy- La deje sobre la cama.

-Lo sé, pero hoy lo celebraremos ¿No?

-Sí.

-¿Vendrán Jason, el tío Tom y los demás?

-Exacto.

-Entonces ayúdame a elegir mi ropa.

-Bueno.


Fuimos a su armario y entre los dos comenzamos a descartar todo lo que no nos gustaba hasta que al final nos decidimos por una falda morada –Su color recontra-mega favorito, como suele dice ella- y una polera de tirantes con los colores del arcoíris.


-Ven aquí- Comencé a perseguirla para que se sacara el piyama.

-No, ya soy grande y me vestiré yo solita- Se cruzó de brazos.

-Está bien pero después cuando necesites ayuda no...

-Anda a vestirte- Me interrumpió empujándome hacia la puerta- Vístete bonito y de morado.

-¿De morado?- Ella asintió.

-Ya vete- Me empujo nuevamente pero esta vez dejándome fuera de su habitación.

-¿Segura que no quieres que te ayude?

-¡No!- Dijo cerrando la reja de su puerta para luego comenzar a sacarse el piyama.


Fui a mi habitación y me vestí con una camisa de líneas morada, unos jeans oscuros y unas zapatillas del mismo color de la camisa. No me sequé el pelo solo me pare frente el gran espejo de la habitación y acomode mi cabello.

Sweet Dreams |Adaptada| |Jelena|Where stories live. Discover now