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—¿Pero a dónde vamos?

Dean apretó los dedos alrededor del volante de su Impala hasta que se volvieron blancos. Cassiopeia podía sentir su enojo sin que el chico le dijera nada, pero no iba a echarse para atrás. Llevaban encerrados en el auto horas y ninguno de los dos quería decirle hacia dónde iban o cuánto faltaba.

Comenzaba a sentirse claustrofobica.

—Tenemos un caso —respondió finalmente Sam—. En Rockford, Illinois.

—¿Y a mí en qué me afecta? Yo necesito volver a Nueva York.

—A la torre de los Vengadores —dijo Dean, recibiendo un asentimiento de la chica.

—Exactamente. Será mejor para los tres si ustedes siguen su camino y yo el mío.

Dean soltó un risa entre dientes al oírla.

—Eres una bruja y mujer lobo esquizofrénica con delirios. No vamos a dejarte. Aún estamos decidiendo qué vamos a hacer contigo.

Cassiopeia alzó las cejas, ofendida. Hacía años que nadie le faltaba el respeto de esa manera y sentía que no podía dejar que aquel insípido humano creyera que podía insultarla y salir ileso.

Dejó fluir su magia para frenar el auto y abrió las puertas. Los humanos cruzaron miradas, mientras Dean luchaba por encender el auto. Con un movimiento de muñeca, lo lanzó fuera del auto y salió atrás de él, encerrando a Sam dentro. Dean la esperaba ya enderezado, apuntándola con su arma.

—¿Con quién crees que estás hablando? Vas a tener que controlar lo que dices —espetó—. Soy una Diosa.

Cassie podía oír los gritos de Sam desde adentro del auto, pero ambos lo ignoraron. Dean la miraba, furioso.

—¿Qué vas a hacer? ¿Dispararme?

La morocha calentó su arma hasta que a Dean se le hizo imposible seguir sosteniendola. La dejó caer al suelo y se preparó para defenderse físicamente. Sacó un cuchillo de su cintura y lo colocó a la altura de su torso. Cassie se acercó a él y esquivó todos sus ataques, hasta que lo agarró del brazo y pateó su pierna para hacerlo caer al suelo.

—Estoy comenzando a cansarme de cómo me tratas —espetó la chica, sacando su espada para blandirla en el aire—, como si fuera una loca. Soy una Diosa y vas a tratarme como tal.

Elevó su pierna para golpearlo en el rostro, lanzando al chico de espaldas al suelo. Liberó en ese momento las puertas de auto para dejar que Sam saliera y auxiliara a su hermano, quien se levantó inmediatamente con su ayuda.

—Eres una loca —espetó. Cassie sintió la nebulosa envolviendo su mano, lista para seguir atacandolo—. Hablando de Loki, Thanos y Harry Potter. ¿De qué loquero te escapaste?

Los Winchester vieron cómo la expresión de la chica cambiaba. Por un segundo se notó confundida, pero inmediatamente recuperó su posición de ataque.

—¿Cómo conocen a mi hermano?

—Por Dios —murmuró Dean.

—Cassiopeia, sube al auto y te contaremos todo lo que sabemos —intervino Sam—. Y Dean no volverá a faltarte el respeto. Lo prometo.

Cassie no tenía razones para confiar en su palabra, pero que aquellos dos cazadores supieran de su hermano la incomodaba, por no decir que llegaba a preocuparla un poco.

Guardó su espada, subió al auto, dispuesta a sacarles toda la información posible, y esperó en silencio a que los hermanos subieran y se pongan en marcha.

—Si no me gusta lo que dices te arrancaré la garganta con mis dientes —amenazó la inglesa.

Los dos chicos se miraron, sabiendo que no amenazaba en vano, y asintieron.

multiverse (the avenger potter ii)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora