FOURTH

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El agua me golpeó y cerré los ojos.

Después no hubo color y volví a sentirme a salvo de esos recuerdos que a veces intentaban entrar, de la vida, que ya no tenía, de las cosas que había deseado y que ya habían dejado de importarme. Porque no era justo que todo siguiera igual, adelante, como si nada hubiera cambiado, cuando todo lo había hecho. Me sentía tan lejos de mi anterior vida, de mí mismo, que a veces tenía la sensación de que también había muerto ese día.

Abrí los ojos de golpe.
El agua se arremolinaba a mi alrededor. Me estaba hundiendo. Pero no había dolor. No había nada. Solo el sabor salado del mar en la boca. Solo calma.

Y entonces lo sentí. Sus manos, sujetándome contra su cuerpo, su fuerza, su impulso arrastrándonos hacia arriba. Luego el sol nos golpeó tras romper la superficie del agua. Sentí una arcada. Tosí. Gemini me rozó la mejilla con los dedos, y sus ojos, de un marrón tan oscuro que casi parecían negros, revolotearon sobre mi rostro.

—Carajo, Fourth, cariño, carajo, ¿estás bien?

Lo miré agitado. Sintiendo..., sintiendo algo...
No, no estaba bien. No si volvía a sentirlo a él.

Nunca fuimos (GeminiFourth) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora