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Me desperte porque senti como me sacudían. Lo primero que vi al abrir los ojos fue a Matías sonriéndome.

— No me acuerdo nada de nada de lo que paso ayer — se sentó en la cama — Solo me acuerdo que fui al boliche con los pibes y después todo es borroso.

Me senté en la cama y ví como observó que tenia puesta su remera. Tenía por delante una larga charla con el.

— ¿Cómo te sentis? Estabas medio dado vuelta ayer — me reí y el sonrió, avergonzado.

— No sería la primera vez que me vez haciendo el ridículo — rememoró la vez que nos conocimos — Me tuve que tomar algo porque me mataba el dolor de cabeza.

Me apoyé en el respaldo de la cama y el, en cambio, se acostó en ella. Por instinto puro, toque su cabello. No podía negar que estaba medio duro, pero igual me gustaba como le quedaba. Ví como el cerraba los ojos.

Pero de repente se sentó y me dijo.

— No quiero seguir fingiendo demencia, tenemos que hablar.

— Me contaste ayer lo de la Juventus, no creo que te acuerdes.

Le empecé a contar todo lo que me dijo y le dije mis respuestas y mi opinión del tema.

— Siempre van a estar orgullosos de vos, estás triunfando haciendo lo que más te gusta. No todos llegan a eso.

Lo veía triste con el tema, pero siento que mis palabras fueron apoyo para el en esta situación.

— ¿Y nosotros? — preguntó lo que todos queriamos saber.

— No se, yo por mi parte creo que en este mes que no estuvimos juntos empecé a separar mis problemas de mis relaciones, ya sea con mis amigas o intenté con mi familia — expliqué — Este mes me sirvió para darme cuenta de muchas cosas.

Estaba sentada en canastitas y sentí cómo una mano se posó en mi rodilla.

— Eh no se que decirte — sonrió avergonzado — Por más que me haga el duro, aunque con vos no me estaría saliendo últimamente — reí — Yo te re extrañé este mes, se me hizo durisimo con todo esto de la Juve y bueno, más lo del mundial y lo de nosotros, fue como demasiado para mí.

— Entiendo.

— Pero también me di cuenta, va, desde bastante antes,  que estoy enamorado — admitió, haciendo que sienta las famosas mariposas — Estoy bastante hasta las manos con vos, Vicky.

Mi sonrisa fue genuina. Moría de ganas de besarlo, pero quería hablar antes.

— Me haces emocionar boludo — sentí cómo se me llenaban los ojos de lagrimas, era realmente una trola — Yo también estoy re enamorada y se me hace re loco pensar que ayer a esta hora te odiaba y ahora pasé a quererte, pero bueno supongo que de eso se trata.

Se acercó a besarme, a un ritmo lento, que hacía que fuera especial todo. Sonreí en el medio del beso y le di un beso en el cachete.

— ¿Qué hora es?

— Las 11 — me respondió — vení vamos a desayunar.

Me paré y antes de ir me lave los dientes. Agarré un cepillo que había por ahí de color rosa, que estaba bastante nuevo, podía ser tranquilamente de él.

Nuevamente, flashee confianza y me puse un buzo porque tenia frío.

Cuando terminé fuí a la cocina y lo ví en cuero haciendo los cafés.

Lo abracé por atrás y sentí como su piel estaba caliente.

— Abrigate que hace frío — advertí

midnight rain - matias souléWhere stories live. Discover now