𝐒𝐨𝐥𝐞𝐝𝐚𝐝 (𝐈𝐳𝐮𝐤𝐮 𝐌𝐢𝐝𝐨𝐫𝐢𝐲𝐚 𝐲 𝐭ú)

3.

Truth.

Pov Omnisciente.

Definitivamente su maestro tenía que estarle gastando una broma de mal gusto

— Creo que nos equivocamos de lugar, All Mig... —Fue interrumpido por su maestro—

— Que más quisiera yo que fuera una equivocación, joven Midoriya... —Sus ojos empezaron a ponerse lloroso, algo que Izuku jamás había visto en su maestro— Pero es una cruda realidad que debemos aceptar...

Izuku miró con incredulidad la tumba que llevaba el nombre “Yuuki Yagi” junto con la frase: “Descanse en paz, compañera de vida e hija”

Su ser estaba temblando, su corazón estaba latiendo fuertemente, su respiración empezaba a fallar, mientras su mente le estaba permitiendo recordar más a aquella chica rubia.

[Flashbacks]

— Izuku —Lo abrazo la chica por detrás, sonriendo al oler el desayuno— ¿Qué estas cocinando?

— Yuuki —llamó suavemente mientras la miraba— Es una sorpresa para ti

Beso sus labios con suavidad, volviendo a su labor, la rubia tomó asiento esperando a Izuku con paciencia.

— Sobre lo de la misión en la Isla XX... —empezó a hablar con timidez la ojiazul—

— Yuuki, amor. Quedamos que en la mesa no hablaríamos de esas cosas —habló con un tono amable y dulce— Regresaré de esa misión a salvo, no te preocupes.

Le consoló pero Yuuki tragó en seco sin saber como decirle, jugando con sus manos nerviosamente.

— N-No es eso, Izuku... —murmuró sin saber como se lo tomaría él, podía sentir como la mirada del ojiverde se posaba en ella con increíble atención— Me llamaron para unirme a la misión

Izuku dejó sus instrumentos de cocina acercándose a Yuuki, esperando que fuera una mentira.

Se encontraba totalmente nervioso por lo que podría pasar en la misión. Si bien, por su bien, fueron puestos en equipos diferentes, no podía dejar de sentir que algo podía pasar.

— Todo estará bien, Izuku-kun —Uraraka tomó su hombro intentando tranquilizarlo— Ella estará bien

— Eso espero, Uraraka-san. Por que tengo una pregunta importante que hacerle...

Sintió aquella cajita guardada en un pequeño bolso de su traje, esperaba un momento especial como este para poder dar lugar a su momento intimo

Sintió su corazón latir rapidamente, corriendo a la dirección de la explosión, la marea golpeaba salvajemente el risco en donde se encontraba el lugar que debían acudir para la misión. Sin embargo, el equipo de rastreo y vigilancia fue atacado de sorpresa, el equipo donde estaba el amor de su vida.

— ¡YUUKI! —Corrió hacia el lugar en llamas, siendo detenido por sus compañeros héroes— ¡Sueltenme! ¡YUUKI!

Sus gritos eran desgarradores y más de uno tapó sus oídos al escucharlo gritar de esa manera.

[Fin de los Flashbacks]

Izuku lloraba arodillado ante la tumba del amor de su vida, sintiendo el hueco en su corazón expandirse, impotente ante saber que la única persona que de verdad llegó amar, fue a la única que no pudo proteger.

Y por esa tarde, Izuku se refugio en los brazos de su maestro, ambos llorando, maldiciendo e incluso gritando.

Uno por perder al amor que lleno de alegría su vida.

Otro por perder una vida que le enseñó a amar de forma verdadera.

Toshinori había soportado una gran carga solo para poder sostener a la gente que estaba a su alrededor; Su esposa destrozada por la muerte de su hija, sus dos hijos sin poder aceptar la muerte de su hermana e Izuku quien entró en un estado de depresión y un duelo complicado que había encrudecido con el tiempo. A Izuku le había llegado la realidad de un solo golpe y eso le dolía pero también había comprendido que había dejado solos a más personas que sufrían la perdida de Yuuki.

— Lo siento... Lo siento... —balbuceó Izuku aún llorando entre los brazos de Toshinori—

— Ya todo esta bien, joven Midoriya...

[...]

Al regresar al hospital, Uraraka corrió a la entrada, mirando a Izuku con preocupación, antes de poder decir algo, él la tomó en un suave abrazo.

— Cuando me sienta mejor... Tengamos una cita, empecemos de cero por que por ahora... —hizo un leve pausa— Yo no puedo amarte... Y tal vez jamás te ame como la ame a ella pero si tú sigue dispuesta, yo... Puedo hacer un esfuerzo.

— Izuku-kun —lo llamó con gentileza— Yo puedo esperar por ti...

Izuku le dió una sonrisa, yendo a su habitación, siendo escoltado por enfermeros, las palabras de su maestro, seguían dando vueltas en su cabeza. Al llegar a su habitación, solo se limitó a dormir, había sido mucho por digerir y estaba realmente cansado

Para sorpresa de muchos, esto ya casi llega a su final, yo estaré satisfecha de terminar esta novela como pienso hacerlo.