Visita

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Era una situación incómoda para todos,ese lugar estaba en completo silencio,todos se concentraban en la comida y aquel hombre sentado en la punta de la mesa,ni siquiera había tocado su plato. Era totalmente intimidante,incluso su hija,la cual estaba sentada a su derecha,padecía la incómoda del ambiente. El silencio en el ambiente era causado por el aura del hombre,el cual tenía en su cabeza una mezcla de intriga y molestia,las cuales eran causadas y dirigidas hacia el hombre que yacía erguido a su izquierda. El hombre en la punta de la mesa miraba a aquel hombre de reojo. Era notable la incomodidad en el rostro de su hija,sabía que había tención entre esos dos hombres,no le gustaba la idea de que a su padre le desagradara aquel hombre,pero sabía comprenderlo,
después de todo,estaba acostumbrada a que su padre no confiara en nadie que conocía.

-P-Papá...¿seguro que estas bien?...no haz comido nada- cuestiono la joven de cabello rubio platino,su tono era preocupado pero sereno.

-Tranquila cariño,solo no tengo hambre-respondio el hombre del mismo color de pelo.

Lo siento...había olvidado comentar,que ese hombre,tenía por nombre Lucifer,era le rey del infierno y el hombre que permanecía a su lado era el poderoso Demonio radio.

La rubia miró su plato con una cara desanimada,sabía que la razón por la que no comía,era debido a la desconfianza que tenía hacia aquel demonio de sonrisa prominente,ya que este había preparado la comida,la cual estaba deliciosa,realmente le parecía un desperdicio,pero no había a poder convencer a su padre de comer,con suerte había logrado que fuera a cenar a ese lugar.

El demonio radio levento su cabeza,la cual se encontraba hacia abajo,mirando su plato con una sonrisa leve,el tampoco había comido,a la princesa no se le hizo extraño. Rara vez Alastor tocaba su plato de comida,incluso cuando el mismo cocinaba,se servia un plato,pero nunca comía de el,solo cuando alguien más cocinaba el se dignaba a comer,no porque realmente le gustara hacerlo,sino que porque era un hombre de modales y por cuestión de respeto,no podía rechazar algo que alguien más había cocinado. A la princesa le preocupaba esta actitud,el demonio rojo era alguien muy flaco y comía cada dos o tres días,cuando ella junto a su novia Vaggie cocinaban o Ángel aquel demonio que estaba en redención.

El demonio levantó la cabeza,notando que todos excepto el y su majestad habían terminado su plato,este se levantó,manteniendo una sonrisa leve con cara de serenidad.

-Con permiso su majestad- habló el demonio radio,obteniendo total atención del hombre de traje blanco,totalmente pulcro.

El demonio de rojo levantó el plato del hombre en la punta de la mesa,para luego ir en la recolección del resto de platos y cubiertos. Cuando términos e dirigió a la cocina. El hombre seguía inmóvil en la punta de la mesa,en aquella silla levemente incómoda,con la mirada plasmada de todos en el lugar,cuando el demonio arácnido se levantó despreocupado,para ir a su habitación,todos lo hicieron.

-Papá,voy un segundo a la habitación con vaggie,teníamos que hablar sobre la organización del hotel- avisó la joven a su padre,antes de salir de la habitación.

El rey se levantó de su lugar,estaba dispuesto a enfrentar al demonio radio,el hombre de traje blanco desconocia los hábitos del demonio rojo,por lo que vio como una señal el echo de que el mismo no haya probado bocado,no confiaba en el y no probar la comida que el mismo había preparado,lo hacia desconfiar más y ver sospechoso.

Comenzo a caminar,lo único que tenía que lograr,era saber donde podría estar aquel hombre de rojo. De forma que se sorprendió al ver como su único inconveniente,se desvaneció ante sus ojos,al notar,que a tan solo unos pasos de el,en la sala,yacía sentado en uno de los sillones aparentemente cómodos,el hombre de cabello rojo,estaba leyendo,no le tomó importancia a esa acción,de forma que ni siquiera se fijo en que libro era. Parecía ficción aquella escena,la cara de serenidad y concentración de aquel hombre sobre su libro,era tal que había desvanecido aquella sonrisa,la cual traía plasmada las veinticuatro horas del día.

El Pecado Luego De La MuerteDove le storie prendono vita. Scoprilo ora