»SPIDER-NOIR«

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Narrador

Cierto Spiderman parado en la cima del edificio Hardy, el más alto de la ciudad, veía las cenizas en las calles, algunos botes de basura aún incendiádonse y la infinidad de paredes pintadas con murales, frases y manchas de aerosoles de distintos colores. No le desagradaban en lo absoluto, algo que jamás le dijo a Herby, además le gustaba cómo el brillante rojo del amanecer acariciaba los dibujos coloridos.

–Eso es... Genial– Dijo un hombre mayor parándose junto a Miguel, era alto, con sombrero y gabardina, además parecía estar en blanco y negro.
–Tienes veinte, si no la convences la traeremos a la fuerza– Contestó 2099 dándose vuelta y entrando al portal– Eres el único al que medianamente respeta, así que... Yo estaré esperándote afuera por si pasa algo.

El hombre de traje azul seguía al otro entre los edificios hasta un barrio medianamente abandonado, luego hasta el techo de un conjunto de departamentos deshabitados.

(Escuchar Cómic Sans, Audrey Nuna ft. Jack Harlow)

Herby

Me preparaba el desayuno mientras escuchaba algo de música a todo volumen, igual no tenía vecinos. Movía la cabeza de arriba a abajo al ritmo de Comic Sans de Audrey Nuna y Jack Harlow. Y puse el tocino, la fruta y los hot cakes en la mesa.

Me senté, ví todo lo que desayunaría y luego los lugares vacíos.

Nadie sabía lo mucho que odiaba esos lugares vacíos, el silencio de saber que estaba sola, lo que significaba estar sola por obligación.

Suspiré, me levanté, tomé la única silla sobrante y la lancé por la ventana, luego me volví a sentar y empecé a comer con ese habitual vacío en el pecho. Hasta que sentí la electricidad en las puntas de mis dedos, en los bellitos de mis brazos y nuca, había alguien cerca. Pero me relajé cuando ví la cabeza de un Spider-Man en la orilla de la ventana.

–Buenos días señorita Morgan– Saludó el tipo a blanco y negro entrando por la ventana– Provecho.

Observé cada movimiento de él, tanto sus manos como sus ojos. Noir siempre había sido amable y honesto conmigo, a él no lo detestaba, no tanto, no tenía razones reales y válidas, hasta me gustaba que a dónde iba, el viento olía a tierra mojada.

–Te invitaría a sentarte pero... Justo acabo de... No importa– Dije viéndolo mientras me metía otro trozo de hot cake a la boca.

Cuándo se movió por la habitación hasta recargarse en la barra que separaba el comedor de la sala sentí algo, había una persona más, estaba afuera, tenía el presentimiento de que era Miguel.

–¿Qué haces aquí?– Pregunté calmada, luego le dí un trago a mi jugo de naranja– Mmm no, ya sé qué haces aquí, te envío O'hara ¿No?
–No lo haría si no fuera de suma importancia, hay multiples amenazas interdimensionales que están burlando todos nuestros protocolos de seguridad y no sabemos cómo atrapar a tantos– Explicaba Noir con un tono casi en súplica– Necesitamos tu ayuda.
–¿Me necesitan en el campo? ¿Y me dejarán salir de nuevo a mí sola?– Pregunté confundida y negó– ¿Por qué regresaría si tuviera un niñero? No, no, no ¿Por qué regresaría y punto?
–No lo sé, Silk, pero por lo de la última vez, tendrás un equipo– Dijo viendo uno de mis panqueques y le hice una seña de que tomara uno– No irás a la misión tu sola.

Algo había raro ahí. Empecé a soltar una pequeña onda eléctrica, para nada perceptible al ser invisible e intangible, pero con ella sentiría su ritmo cardíaco para saber si mentía o evadía algo.

–¿Por qué me quieren con más gente?– Pregunté aunque eso era muy directo– Tienen cientos de Spiders.
–Si, pero no suficientes, no todos salen a misiones, y no te dejarán salir sola por lo de la última vez– Repitió y se ponía tenso, no mentía, pero sabía algo más.
–¿En qué universos hay anomalías?– Cuestioné tomando de nuevo el tenedor.
–En un setenta por ciento de ellos– Y un golpe en la ventana hizo que Noir se callara– No puedo darte todos los detalles ahora, pero es peligroso.
–Okay... No, no lo haré– Contesté picando otro panqueque.
–¿Y por qué no?– Preguntó Miguel entrando con enojo, yo levanté una ceja– Nunca te has resistido a hacer algo que atente contra tu vida y además defender una buena causa en el proceso.

SILK HEART - MIGUEL O'HARA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora