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Un día más ella se miró al espejo, un día más ella se odiaba, un día más ella se despreciaba. ¿Por qué tenía que haber nacido con tan mala surte? ¿Porque la vida le había tenido que hacer eso?

Salió de su casa, como siempre con una pequeña sonrisa en la que engañaba a todo aquel que la veía, que engañaba a toda la gente que estaba a su lado.

Un día estaba en la terraza de su cafetería favorita, mientras que un chico la miraba a través del cristal de la librería de enfrente.
Él pudo descubrir que una pequeña lágrimas resbalando por la mejilla de la chica.
Al fin, sus sospechas se hicieron realidad.
Pago el libro y fue hasta la cafería, donde se pidió un café y se sentó en una de las mesas de afuera, para observarla mejor, y empezó a leer.

Cuando se hizo de noche la chica se fue, pero accidentalmente se le cayó un pequeño papel en el que el chico se fijó. Estaba escrito: ayuda, seguido de su número de teléfono.
Guardo el suyo y le escribió un mensaje: Eres preciosa.

Durante muchas más semanas el chico la observaba desde la librería, y le escribía mensajes de apoyo. Un di sus miradas se cruzaron y se sonrieron. Pronto la chica recibió un mensaje en el que ponía: Tienes la sonrisa más bonita del mundo. Levantó la cabeza y volvió a ver al chico, su anónimo.

Frases tristesWhere stories live. Discover now