(T/n) = Tu nombre (T/a) = Tu apellido (C/c) = Color de cabello (C/o) = Color de ojos
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Comenzó lento, imperceptible, y antes de que nadie se diera cuenta, Malleus se había enamorado del prefecto sin magia que estudiaba en Night Raven College.
Cuando se enteró de que alguien vivía en el dormitorio abandonado del campus, Malleus se entristeció un poco por eso, pero fue agradable conocer a alguien que no le tenía miedo y huía ante su mera presencia. Se sentía... ¿feliz, tal vez? Ha pasado tanto tiempo desde que sintió una emoción tan humana, pero no le importó.
Su amistad comenzó un poco lenta, pasando de deambular por el dormitorio y ver a (T/n) saludándolo a través de la ventana, hasta que el macho humano salió y paseó con él, a veces en silencio, otras veces hablando de cosas que no tenía nada que ver con la escuela, sino con sus vidas.
Malleus aprendió cómo (T/n) proviene prácticamente de otro universo, y no pudo evitar mirarlo con fascinación en sus brillantes ojos verdes. A cambio, Malleus le contó historias de su pasado y su vida junto a Lilia, Silver y Sebek, eran prácticamente familia y estaba agradecido de tenerlos a su lado.
Con este ciclo repitiéndose todas las noches, algunas cosas comenzaron a ponerse un poco raras en Malleus. Sentimientos y sensaciones que nunca ha sentido ni recuerda haber sentido nunca en su vida.
Su cuerpo temblaba ante la anticipación de volver a ver a (T/n), su corazón latía más rápido cada vez que Malleus lo veía, sus manos temblaban de una manera que solo podía notarse si miraba de cerca y, por último, el repentino pensamiento en su mente cada vez que miraba la cara de (T/n) por mucho tiempo, sus ojos inevitablemente miraban a sus labios.
Malleus estaba confundido, y un poco asustado, temía el día en que simplemente besara al prefecto y no le gustara, lo que podría terminar en que (T/n) lo odiara, y él no quería eso.
Así que ahora, mientras comía sin pensar la comida de Lilia, haciendo que todos en Diasomnia lo miraran con expresiones de sorpresa y disgusto, se preguntó qué debería hacer. Sin embargo, alguien notó su mal comportamiento y esperó hasta que fuera hora de dormir para hablar con él.
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Ya en la comodidad de su habitación, Malleus comenzó a desvestirse, agarrando algo de ropa para dormir, cuando escuchó tocar a su puerta. Se dio la vuelta y murmuró en voz baja: "Adelante".
Allí, caminando con una sonrisa tranquila, estaba Lilia, quien mantuvo sus ojos carmesí en el hada alto, "¿Puedo hablar contigo?"
Malleus asintió y se sentó en su cama, sin dejar de vestirse.
Lilia dio unos pasos hasta que estuvo de pie frente a Malleus, "¿Pasa algo? Pareces... fuera de lugar", Malleus lo miró, antes de mirar al suelo y asentir un par de veces. "Bueno, ¿quieres hablar de eso?" Preguntó de nuevo, ahora sentándose a su lado.
