I

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La oscuridad acompañaba cada uno de sus pasos, el bosque se veía tan espeso con sus frondosos árboles. Ningún sonido se oía, sólo el de sus pasos cautelosos.

Entrando al corazón del bosque su magia se encargó de buscar otra firma mágica, llegando al punto de encuentro. Encontró a solo una persona más.

Sintiendo un poco de tranquilidad siguió avanzando, solo lo esperaba él. No había más personas, solo eran ellos dos.

Con cada paso más cerca del final o quizás el comienzo de algo más.

Y ahí estaba, a unos pocos metros de él. Estaba Voldemort, su bata negra se movía con el viento, tenía la capucha levantada. No se veía su rostro, tenía una silueta casi fantasmal.

—Harry Potter, el niño que vivió, viene a morir.

La profunda voz de Voldemort erizó la piel de Harry, su magia se disparó sin dirección, buscando algo perdido.

El de ojos verdes dió un paso más y con seguridad hablo:

—Aquí estoy, Tom. Vine directo a ti.

Voldemort en silencio deja caer su capucha, revelando un rostro pálido, y unos ojos rojos que miraban a Harry con una intensidad profunda.

—¿Tendré está vez mi duelo legal? —preguntó con una voz mucho más sedosa que la anterior.

—Somos tú y yo —respondió Harry.

Dando dos pasos más cerca, se vieron a los ojos. El destellante verde se encontró con el rojo sangre, la magia de los dos chispeó en el aire.

Una pequeña reverencia y el primer hechizo fue lanzado.

—Crucio.

Activando su modo buscador, Harry logró esquivar la maldición, ya lejos decidió contraatacar.

—¡Confringo!

Los colores de diferentes hechizos azotaban el bosque, reflejándose en todas las direcciones. La magia de cada uno se estaba mostrando, pequeños rayos verdes y rojos se mezclaban entre si.

Los dos magos seguían luchando, sin distraerse. Sólo eran ellos dos, uno contra uno. Pero cada hechizo lanzado por Voldemort se iba haciendo más y más pesados de lanzar.

La varita de Sauco no reaccionaba a su portador.

¿Qué te hace tan especial, Harry Potter?

El parsel de Voldemort era tan natural, parecía deslizarse de su lengua como su idioma nativo.

Ser tu igual. Eso me hace especial, Tom.

Aquella respuesta solo hizo que los hechizos retomaran la fuerza. La magia acumulada había creado una burbuja que encerraba a los dos magos.

Quienes no se habían dado cuenta, estaban tan inmersos sin ver que su magia se convertía en una sola.

—¡Imperio! —la voz antes sedosa de Voldemort había cambiado, se sentía casi desesperada.

El hechizo golpeó a Harry, donde sus ojos se pusieron vidriosos, se quedó quieto. Como si esperara alguna orden.

Voldemort sonrió, bajando un poco su guardia se acercó unos pasos, donde Harry seguía sin moverse. Parecía perdido en sus pensamientos.

A solo unos centímetros de él, Harry atacó:

—¡Expelliarmus!

La varita salió volando y un Voldemort sorprendido siguió el recorrido de su propia varita hasta que tocó el suelo.

Ahora los dos eran conscientes de su alrededor, Harry que había recuperado su mirada, se enfocó en todo. La gran burbuja de poder, y como sus magias no se separaban. Por más que quería recuperarla no se soltaba.

Pensando en una manera, decidió usar eso a su favor. Expulsó lo que quedaba de su magia obligándola a someter a Voldemort.

De repente cayó de rodillas ante él, el mago de ojos rojos no agachó la mirada. El verde y rojo parecían unirse en un huracán.

—Dime, Tom. ¿Qué se siente al estar de rodillas ante tu enemigo profetizado?

El nombrado no respondió. Solo el silencio los acompañaba a parte de su magia.

Harry alzó su brazo, Voldemort no parpadeó. Esperando su final, en un segundo después el sonido de un golpe seco fue lo único que se escuchó.

Harry había golpeado a Voldemort en la barbilla, había sido con tanta fuerza que probablemente dejaría un moretón en su rostro. El de ojos verdes suspiró con fuerza.

—Una oportunidad —dijo Harry extendiendo su mano—. Contrario a mis amigos, al mundo mágico. Pero no a mí. ¿Aceptas, Tom?

Voldemort miro con intensidad a Harry, sus ojos rojos expectantes estaban analizando la situación, él también había visto sus magias unirse, ver cómo su magia siendo tan oscura se entrelazó con la espesa magia de Harry, que brillaba tanto o más que sus ojos.

Ahora lo veía, desde el momento que se enloqueció por matar a un niño de meses de edad. Desde ahí ya había perdido, y el mismo niño seguía ganándole en cada oportunidad que tenían.

Arrodillado ante él, estaba seguro que no tubo oportunidad desde el principio. No iba a ganar. Esperaba ser humillado ante todos, esperaba ser torturado. ¿Pero esto? ¿Exactamente que buscaba con esto? ¿Cuál era la verdadera intención?

Una oportunidad, eso le estaba dando. Mirando los ojos verdes que lo miraban tan ferozmente, con un poder detrás que lo atraía y de rodillas ante él habló:

—Acepto, Harry Potter.

El nombrado volvió a respirar, alzó sus manos a la altura de su cuello y con cuidado saco un pequeño collar de plata con un dije de serpiente y se la extendió.

—Tómala, es un traslador. Sólo debes hablar en parsel y se activará.

Tom se puso de pie y extendió su propia mano para tomarla, antes de apartar la mano. Harry la agarró.

—Ándate, estaré ahí más tarde —dijo apretando la mano del contrario—. Vamos, antes de que llegue alguien.

Voldemort miro por última vez al otro mago. Antes de susurrar un gracias en parsel y desaparecer.

Harry respiró volteando su cuerpo para regresar, hora de volver a la guerra. Tenían que saber que el señor oscuro Voldemort había muerto.

***

Aquí estamos, este fue el primer capítulo de la aventura.

Espero hayan disfrutado de leerlo, cualquier duda, si me he equivocado en alguna cosa, no duden en decirlo.

Pregunta, preguntosa:

¿Cuál es su casa de Hogwarts?

Aquí hay una Ravenclaw. 💙

Gracias por leer, tenga cuidado, tomen agua, coman y vivan. <33

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