Única

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Pulsa para escribir: eso hago y las palabras se despliegan en solemne calma, majestuosas, desordenadas un poco, pero siempre atentas, siempre serenas y elegantes, como si de la realeza se tratara, y de reales sólo tienen la mortalidad.

El auge de los días que se suceden, colapsa sobre mis venas reventadas. El caos reinante se debe a mi falta de consenso: no logro aunar mi talento a algo etéreo, asumiendo que mi talento exista y que aspire al cielo.

Amargas las horas sobre mi lengua se deshacen como laminillas de cristal cortante, insaboras, incoloras, pero agudamente dolorosas.

He de nombrarte sin hacerlo acaso, porque me da vergüenza. No soy capaz de dedicarte esto, porque a ti te escribo, sin pretenderlo. El ahogado señuelo que flota a la deriva, con mis formas y mi resignado sueño, apenas si es notado por el cardumen de pirañas que hierve al primer eco de alguna sombra.

Eres la razón de mi insomnio, mi tedio y mi desprecio. He de odiar la vida después de ti, y abrazando la estúpida calma, duermo esperando no despertar.

Y es que la vida, gris se ha tornado. Los colores te has llevado en tu cabello, y en tu silencio se han multiplicado los insidiosos entes que me arrancan desesperados la piel de la esperanza.

Estoy demasiado aburrido. Si pudiera, tomaría a alguno de los cancerberos que merodean, y lo destazaría por el mero placer de verlo rearmarse furioso para devorarme.

Me niego a seguir, me niego a existir. Me niego a seguir escribiendo, si no me vas a leer.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2023 ⏰

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