Capítulo 1

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Mi corazón estaba acelerado, me temblaban un poco las manos y no podía parar de mirar a mi alrededor como una maldita desquiciada

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Mi corazón estaba acelerado, me temblaban un poco las manos y no podía parar de mirar a mi alrededor como una maldita desquiciada. Pero supongo que a todos les pasa eso cuando estás escapando de una clase.

Bueno... No creo que a todos, pero yo no podía evitar sentirme ansiosa.

Las clases del profesor Bingley eran demasiado aburridas como para que le prestara la suficiente atención para entenderla y eso me llevó a tener que estudiar más de lo normal para poder aprobar. Sin embargo, ahí estaba, siguiéndole el paso a Loann que caminaba delante de mí de una forma rápida pero relajada. Todo lo contrario a lo que parecía yo.

-Mi madre me va a matar- dije por lo bajo.

Loann soltó una risita burlona y me miró sobre su hombro.

-Alice, eres joven y estoy seguro de que tu madre a hecho cosas peores a comparación de esto.

-Esto nunca lo había hecho antes.

-Claro que no, es tu primera vez y tu madre no tiene por qué enterarse de tu escapadita.

-Escapadita que me puede costar el año.

Esa vez Loann no pudo contener la risa, y me soltó una carcajada en la cara. No pude disimular mi molestia cuando lo empujé para que siguiera caminando.

-¿Crees que por saltarte una clase vas a reprobar el año entero? -negó con la cabeza -Te creía más lista, Estrellita.

-No me llames así, idiota.

-Eres una paranoica. Hago esto al menos dos veces en la semana y nunca me han atrapado -me miró, tratando de lucir convincente.

Nunca había hecho algo así y ni siquiera era como si estuviésemos por robar un banco. Me fijé si alguien estaba alrededor, afortunadamente no había nadie cerca que pudiera delatarnos con algún profesor, justo en ese momento estaban todos en clases. O al menos eso esperaba.

-Loann, deberíamos volver -estaba caminando muy rápido y tuve que acelerar el paso para poder llegar hasta él.

-Me estás causando dolor de cabeza, por favor -se frenó en su lugar y me miró -Deja de ser una gallina y sígueme en silencio.

Bufé y cuando abrí la boca para hablar me cortó con un gesto de su mano, queriendo decir que era suficiente.

No era mi culpa estar en esa situación, y en todo caso era sensato querer irme para no meterme en problemas.

De todas formas, preferí cerrar la boca y seguir a Loann en silencio hasta donde me estaba llevando. Si hubiese querido matarme ahí mismo lo hubiera podido hacer sin problemas, todo porque yo no podía decir que no a algo cuando se trataba de él.

Miré su espalda con un ceño marcado por la molestia que me causó el hecho de que me llamara gallina. Aunque no se lo diría, lo usaría en un futuro para molestarme aún más.

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