𝐉𝐔𝐃𝐀𝐒 [𝐑𝐢𝐧𝐝𝐨𝐮 𝐇𝐚𝐢𝐭𝐚𝐧𝐢]

I

Nota: Hola, para los que no me conocen soy bastante descriptiva, y es por eso voy a darle un poco de contexto a la historia y protagonista, antes de que conozca a Rindou, gracias por su atención y por darle una oportunidad a esta historia, sin más que decir los dejo con el primer capítulo. ♡

❝No confíes en nadie❞

Los días lluviosos eran de los mejores para gente como yo, sin nada que hacer, solía relajarme tomando una bebida que calentará la garganta, y no necesariamente se trataba de un café, veía una serie, película o simplemente contemplaba la fría brisa que la lluvia traía a su paso. Era de lo mejor, aunque no era para todo este placer, muchos tenían que regresar a casa en medio de un enorme mar de tráfico, y otros, buscaban desesperadamente cobijo.

Amaba el vino, solo que a veces no tenía mucho control, pero me frenaba, porque las resacas de vino eran lo peor, algo que aún no me podía acostumbrar, pero a lo que si me acostumbraba era al sabor, un pequeño placer de la vida que podía darme.

Escuché como el timbre de mi casa sonaba, no planeaba abrir, de no ser porque siguió insistiendo esa persona durante los siguientes quince minutos, creí que se iría en los primeros cinco gracias a la lluvia, en los siguientes tres minutos pude ver qué era alguien aferrado, en los siguientes cinco minutos me enfade porque seguía sonando el timbre y había arruinado mi momento de comer porquerías acompañadas de vino, y en los siguientes dos me decidí que era hora de ir a echar de este lugar al extraño.

Me levanté de mi cómodo sofá, puse pausa a la película de terror que estaba viendo a oscuras, prendí las luces, aventé el control de la televisión en el sofá, deje mi copa de vino en una mesita, y me dirigí a la puerta del apartamento, me asome por el cerrojo.

Era imposible no reconocer esa silueta, un tipo bajo con sobrepeso, que posiblemente se quedaría calvo en los siguientes meses, su genética lo marcaba así, reconocería a este chico en cualquier lugar, al final del día, era de los pocos amigos que recordaba con cariño de mi pasado, aún vestía formalmente, con un traje que le quedaba más holgado en la parte del pantalón, pero le quedaba justo en la parte del torso.

Traía consigo un maletín, parecía recién salido del trabajo, y un perro mojado, me sentía un poco culpable por haberlo dejado esperando tanto tiempo afuera, pero en mi defensa no sabía que era él, creí que era algún tipo que predicaba alguna religión, o alguien que se había confundido de domicilio.

Abrí la puerta, me recargue sobre el marco, llamando su atención, lo mire de pies a cabeza, este pedía a gritos que lo dejara entrar, pero me gustaba hacerlo sufrir un poco más, que, pensándolo bien si se enfermaba de algo iba a ser mi culpa, y la verdad no quería ser la causante de algo así, la última vez que lo vi, tenía las defensas bajas, se enfermaba de todo, aunque dos había sido un par de años atrás.