Capítulo 12

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El dependiente de la floristería se movía casi en un baile entre aquellas tres mujeres, aunque una de ella no parecía tener ni voz ni voto en el asunto. Habían visto de todo; margaritas, rosas, azucenas, tulipanes... pero nada parecía ser suficiente para ambas señoras Kim. Minjeong estaba algo apartada, sin hacer mucho casi, asintiendo débilmente cuando le preguntaban. Los preparativos de la boda habían comenzado, y lo gracioso era que ni Minjeong ni Jaemin tenían ningún poder de decisión. Los padres habían emprendido su búsqueda del lugar para el combite, y a hablar con el padre de la iglesia del pueblo, donde por supuesto se celebraría la ceremonia. Las mujeres, con el mismo sistema de roles de género de hace cincuenta años, en aquel momento se ocupaban de las flores.

                     

Discutían cuál encagaría con Minjeong, con la hacienda que seguramente alquilarían, con el color de los manteles. No demasiado austera pero no tan cara como para que los vecinos les tratasen de derrochadores. Por supuesto, los señores Kim, los padres de Jaemin (en aquel maldito pueblo todos se apellidaban igual), lo habían pagado todo, por lo que la suegra de Minjeong, por mucha opinión que les pidiera a ella y a su madre, tenía la última palabra.

                     

-Entonces te apunto las dalias y las violetas como centros para el banquete - dijo el dependiente anotando en una pequeña libreta, en una página donde ponía KIM en grande como título. Minjeong rió por dentro. Al menos, no tendría que cambiar su apellido -. Ahora, el ramo. ¿Qué opina la flamante novia?

                     

Minjeong levantó la cabeza. Era la primera vez que se dirigían a ella directamente. Miró a su madre y a su suegra.

                     

-Pues... no sé mucho de ramos de novia, la verdad - dijo. Sus sueños infantiles de una boda de princesa se habían desvanecido -. Pero creo que Brenda tiene una idea.

                     

Su suegra, complacida, sonrió.

                     

-La verdad es que sí tengo algo en mente, pero agradecería que nos orientaras un poco.

                     

El dependiente se sentó con ellas.

                     

-¿Tienen ya el vestido?

                     

Brenda negó. Tan sólo hacía dos días de la proposición, y los preparativos, con la perspectiva de casarse antes del final del curso, estaban yendo tremendamente rápido.

                     

-Lo vemos en cuatro días.

                     

-Bueno, no será un gran problema - zanjó el otro quitándole importancia -. Con una novia tan guapa...

                     

Ambas señoras rieron. No había peligro de que el dependiente estuviera intentando ligar con ella pues era, seguramente, bastante gay. Minjeong pensó que aquel era el único tipo de gay que le gustaba a gente como aquella. Los amanerados, ricos, lejos de su familia. Aquellos que eran como un personaje secundario, un cameo en sus vidas, y no se quedaban mucho tiempo. Muy diferente a ese sobrino trans al que se ignora, esa prima casada con una chica. Aquel personaje era una sátira, una parodia, y eso, al fin y al cabo, no era más que otra forma de homofobia.

Three months - Winrina/Jiminjeong Where stories live. Discover now