Capitulo 24

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Al final del capítulo hay una pequeña votación en la cual me gustaría recibir su apoyo, sin más les dejo con el capitulo y que les sea entretenido.
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Nos ubicamos en la casa del saiyajin, bastante cerca del anochecer, Jalter, Luna e Ingvild se encontraban afuera terminando de revisar por última vez el huerto antes de que cayera la noche.

- Jalter-san, tome - Ingvild ofreció de forma amable a la albina un baso con agua, quien le dedico una mirada medio severa pero sin decir nada solo lo tomó para empezár a tomar el líquido.

Ya todas habían terminado con su parte del trabajo del día, ya en la mañana el saiyajin se ocuparía de lo que haga fanta como parte de su entrenamiento.

Mientras que Ingvild intentaba entablar una conversación amistosa con la albina, Luna un poco alejada de ellas se encontraba mirando algo que estaba un poco lejos, se trataba de un maniquí fabricado de madera presumiblemente de madera que se encuentra tirada en el bosque, no tenía la mejor apariencia del mundo pero cumplía relativamente bien con su función.

Fue algo que Goku había construido para poder practicar su habilidad de crear ropa que adquirio como aprendiz de Kaioshin, se había interesado en desarrollar esa habilidad porque la había encontrado bastante útil, pero como no tenía a nadie que le enseñare a cómo usarla correctamente no le quedó más remedio que desarrollarla por sus propios medios, prueba y error, prueba y error hasta llegar a resultados satisfactorios.

En las últimas semanas ya tenía algunos avances, todos los días salía y se sentaba a meditar y practicar durante algunas horas esa habilidad, fallando estrepitosamente en todas y cada una de esas ocasiones.

Luna pensaba en esto debido a una cosa, ella estaba la mayor parte del tiempo con él cuando prácticaba, en algunas ocasiones Goku se llegó a deprimir un poco debido a todos sus intentos fallidos, pero ella estaba ahí, se sentaba junto a él y lo abrazaba para animarlo, llegando a devolverle el favor recostandolo en su regazo mientras jugaba un poco con su cabello, si su hermana menor la hubiera visto haciendo eso le hubiese dado a Luna la sonrisa más burlona que es capaz de dar.

- Normalmente a esta hora estaría practicando... - murmuró un poco preocupada, y claro esa preocupación caía en el hecho del avance de su amado en aquella técnica y solo eso, no ante la posibilidad de tenerlo entre su regazo mientras hablaban, por supuesto que no.

Pero dejándo de lado sus preocupaciones y preferencias personales, era raro que estén tardando demasiado, era hasta algo rutinario para todas ir con el saiyajin a algún súper mercado. ¿Qué podrían estar haciendo para tardar tanto?

*Fiush*

Un peculiar pero familiar zumbido atrajo la atención de todas las presentes, Luna dejó de lado sus pensamientos para girar a ver, a su vez que Ingvild y Jalter dejaron de lado la milagrosa conversación que lograron entablar para ver también el lugar donde se originó el sonido.

Y ahí estaban, Goku en compañía de Juana De Arco, aunque para sorpresa de todas había algo que era diferente, aunque en específico unas cosas. Primero, en lugar de traer solo las las habituales bolsas de las compras de rutina, traían más cosas, había una bolsa llena de cajas tradicionales de Japón cuyo contenido les era desconocido (pero por la apariencia presumiblemente se trataba de algo que se pudiere comer), en otra bolsa se veía que contenía algunos juguetes del tipo artesanal, y en las últimas dos bolsas extras (visibles) se notaba que estaban llenas de objetos aleatorios que puedes ganar en juegos callejeros, lo único que valía mencionar es que en una de ellas, justo arriba de todo su contenido había una especie de cuaderno que parecía un álbum de fotos.

Perdido Entre PandorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora