Peligro Y Tentación [+21 Completa Parte I Trilogía Amores Nocivos]

Regalo de Bienvenida

—A veces, Aleskei, se comporta como un desgraciado contigo, Bebé —me dice Britt, mientras avanzamos hacia la salida de la academia—. Aunque, me parece perfecto que lo haga, así los demás dejan de decir que entre ambos hay algo...

—También pueden decir que estamos teniendo problemas en el paraíso —me río bajo —. Lo que sea que piensen, me da lo mismo. Yo no estoy saliendo con mi profesor.

Me encojo de hombros.

—Lo sé, Bebé.

Me despido de Britt con un fuerte abrazo justo en el recibidor. Yo me iré a casa al fin, luego de pasar todo el fin de semana en la suya, ella se quedará con las demás chicas, ya que saldrán al centro comercial a pasear y comer. Agradezco que me haya invitado, pero sinceramente, estoy demasiado cansada como para salir. Ayer domingo hicimos de todo, desde nadar en la piscina, hasta jugar al tenis. Ahora solo quiero llegar a la mansión, darme una ducha y dormir para retomar energías para la semana.

No me sorprende ver a Arkadi fuera de la camioneta, puntual y con cara de perro bravo como siempre.

Supuse que esto pasaría, y aunque no he hablado con mi madre porque no he encendido mi móvil, era de esperarse que su sombra me haya venido a buscar como fue ordenado desde el comienzo.

—Buenos días, Arkadi.

Abre la puerta de la camioneta para mí y no me responde el saludo. Tampoco espero que lo haga. Él es tan hijo de puta como su jefe.

Tomo asiento, me coloco el cinturón y decido encender al fin mi móvil para escuchar música en el camino. Ignoro todas las notificaciones que están llegando y voy a mi lista de reproducción. Recuesto mi cabeza del vidrio y veo las calles pasar mientras retumba en mi cabeza Bad Romance a todo volumen.

Frunzo mi rostro al darme cuenta de que nos estamos yendo por otro camino que no es el correcto hacia la mansión. Estamos alejándonos de la ciudad, así que me quito mis audífonos para hablar con Arkadi.

—Este no es el camino hacia la casa, ¿A dónde vamos, Arkadi?

—Son órdenes del jefe.

Mi pulso se dispara al oír su respuesta.

—Detente, me bajaré aquí mismo —ordeno con el nudo en mi garganta—. Detente ahora, Arkadi, me bajaré —bramo molesta.

Insisto, sintiendo mi cabeza caliente, la rabia recorrer mi sangre y las inmensas ganas de golpearlos porque están hablando entre ellos en ruso, seguramente burlándose de mí y es lo que más me cabrea.

—Detente, ahora —siseo, llena de cólera.

Intento abrir la puerta, pero el seguro no me lo permite. Golpeo con fuerza y el que conduce, se ríe con sorna burlándose una vez más de mí. Lo que dice solo por yo ser mujer, me indigna al punto de abrir una caja de pandora. Me acerco al medio del asiento y con mi espada recta y mirada fija en él, decido hablarle.

—Когда представится возможность, я отрежу тебе язык [Cuando la oportunidad se me presente, te cortaré la lengua] —sentencio.

Lo miro con oído, porque odio que se burlen de mí en mi cara, alegando de que soy una débil solo por el sexo que se me fue otorgado al nacer, cuando tengo más huevos que ellos dos juntos. El auto se detiene, ambos voltean a verme y el desconcierto en sus caras me hace sonreírles. Arkadi me mira de arriba abajo, vuelve su mirada al otro imbécil y luego me ve nuevamente.