Al Final Eres Tú.

2

Madelaine caminaba de un lado a otro, realmente estaba enfadada.

-Quiero golpear tu linda cara-me eche a reír-¿Por qué dijiste mi nombre?

-Fue lo único que se me vino en menté.

-Si, si tenías que se tú Smith-se puso como bolita, abrazo sus piernas con sus brazos.

Me acerque ella.

-Perdón Mads-sacó un poco su cabeza-¿Me ayudarías?

-Esta bien T/n, seré una esposa muy mala-comenzamos a reírnos.

Madelaine me llevó a comprar ropa, en cada tienda modelaba una prenda realmente ella era linda.

Compramos muchas cosas, si digo muchas créanme multipliquen ese mucho por tres, yo cargaba un par de bolsas mientras ella se burlaba del cómo me veía.

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Al llegar a casa subí directamente a bañarme y cambiarme, tenía que ponerme guapa más de lo que ya era.

-Te veo haya Madsy-sin más tome las llaves de mi auto y me dirigí al restaurante.

Al llegar estaba ahí, tan preciosa como siempre aún más.

Comenzamos hablar un poco en lo que llegaba “mi esposa”

-¿Cómo es ella?

-Alta, su carácter es muy feo terminó engañandome con un tipo-me sorprendí ante lo dicho, no sabía de dónde sacaba tantas mentiras.

Y es ahí donde hizo su entrada triunfal, Madeleine había llegado con un hermoso vestido negro atrás de ella Robert, nuestro guardaespaldas.

Quedé boquiabierta por su aspecto, ese vestido le quedaba perfecto.

-¿Hay algún mesero por aquí? ¿Quién atiende?-actuaba tan bien-Una disculpa, soy Madelaine querida.

Extendió su mano y segundos después la quitó, algo pasaba Madelaine no era así.

Comenzamos hablar hasta que cayó la noche, Madelaine estaba apunto de despedirse hasta que le llegó una llamada.

-¿¡Qué!? Voy para allá, no, no les dije que cuidarán bien a la niña-oh no-Pero, Dios no debieron dormirse.

-Mads, Mads-ella volteo a verme y ahí se dio cuenta.

-¿Tienen hijos?

-Ehhh, pues algo parecido.

-¿Estás enfadada?-ella negó

-Bueno yo me tengo que ir, un gusto-sin más Madelaine se desapareció.

-Me gustan los niños, no tienes de que preocuparte-di un leve suspiro-¿L@ puedo conocer?

-Si, está bien.

-Mañana, te mando la dirección-me dio un beso en la mejilla y se fue.

¿Mañana? No puede ser.