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─── ❝ MISS REBELDIA ❞ ───
eight | no more
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SOPHIE GRACE
A VECES ME PREGUNTABA como sería mí vida si hubiera elegido otras cosas, como sería si hubiera dicho otras palabras, ¿Habría una diferencia si no hubiera hecho eso?
Pensamientos así me carcomian la cabeza día y noche, pero eran más fuertes cuando estaba sola con la vocesita de mí mente. Cómo ahora, que estaba sola en mí salón con mis auriculares tapando todo tipo de sonido.
Si tratara mejor a mí madre, probablemente sería mejor mí estadía en mí casa, o si no hubiera ofendido a alguien dando mí opinión capaz más gente estaría a mi lado, tal vez si no fuera tan jodidamente molesta, más personas disfrutarían estar cerca mío. Tal vez si no fuera la molestia andante...
Casi sin pensarlo todas esas ideas me acuchillaban la cabeza, y un poco el corazón. Porque, si bien ser quien soy hoy en día me hizo saber quien se quedaría a mí lado hasta en mis peores momentos, también me trajo una infinidad de problemas; pero no hablaremos de eso hoy.
O no en voz alta...
Cansada de pensar así, me levanté y salí al receso, con la idea de encontrar a mi compañía diaria.
─ ¿Alguna vez se han subido a una moto de verdad? ─ Preguntó Danielle.
Me encontraba con el moreno y Mirko en una esquina de el colegio, un poco salida de su conversación.
─ Si, la de mí primo. Me subí atrás y me dio mucho miedo. ─ Comentó Mirko, algo embobado gracias al recuerdo que se le vino a la cabeza.
─ ¡Mirko! ─ Escuchamos a lo lejos. Se trataba del hermano del recién nombrado. ─ Ven un momento, tenemos que hablar. A solas. ─ Al decir lo último fue como una indirecta a que Daniele y yo no estuviéramos presentes en su charla. Lo cual entendimos bien y nos fuimos los dos.
─ ¿Tu no sientes que el hermano de Mirko nos odia? ─ Preguntó el moreno luego que nuestro amigo se fuera.
─ Creo que odia a todo el mundo en sí. No tiene que tener nada contra nosotros. ─ Respondí ante su duda.
─ Si tu lo dices...
Nos quedamos viendo un segundo hacia donde se había ido Mirko, pero rápidamente saque mí vista de ahí al captar que estaba viendo fijamente el baño de hombres, y no quería quedar como una rara. De repente mi mirada se cruzó con una chica de cabello rizado; Isabel, quien me gritaba con la mirada que me fuera al salón. Sin rechistar mucho solo interrumpí a Daniele mientras miraba a Isa.
