Uno

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Eran casi las 5 de la tarde, Beomgyu solo llevaba 1 hora trabajando y ya estaba harto.

—Mmhh, creo que ya sé que llevaremos— comentó un señor robusto, quién iba acompañado de una señora bajita y dos niños de no más de diez años.

—Papi yo quiero ése — habló el que se veía más grande de los dos.

—¡No!— rápidamente negó el otro niño —Ése no trae el juguete de Spiderman.

—Bueno entonces— el señor volvió a hacer una pausa, colocando su dedo índice en la barbilla y mirando por décima vez los distintos combos y paquetes que se veían en las pantallas de arriba —A ver, déjenme analizarlos otra vez.

Beomgyu tuvo que hacer todo uso de su autocontrol para no rodar sus ojos y soltar un bufido. No podían culparlo, ésa familia llevaba ya frente a la caja más de 8 minutos y aún no se decidían en que pedir.

El castaño aún no comprendía cómo los clientes no analizaban las pantallas mientras estaban en la fila. No es que no pudieran verlas ¡Son gigantes y llamativas!. Así le ahorrarían el tiempo y llegarían a pedir lo que ya hayan tenido en mente. Además, al retrasar la fila por sus indecisiones, solo generaban que los demás clientes se molestaran y empezarán a hacer bullicio.

¿Y contra quién se iban? Claro, contra el pobre chico de la caja de dulces, osea él.

—Señor, está retrasando las filas, así que necesito que me diga lo que van a pedir o puede colocarse a un lado para que se pongan de acuerdo en lo que yo atiendo a los demás — pidió amablemente.

—Oh sí, lo lamento. Ya tengo lo que vamos a pedir— comentó apresurado —Dos palomitas grandes, tres refrescos grandes de coca cola, y dos bolsitas de dulces de fresa por favor.

De inmediato el castaño asintió y tecleó el pedido en la computadora, para enseguida comenzar a prepararlo.

Aunque si bien podía ser muy tedioso el tener que despachar palomitas, bebidas, dulces y hasta helados; no podía quejarse mucho, pues viéndolo bien, todo ya estaba preparado, solo era cuestión de servirlo y entregarlo.

No era tan ajetreado como lo que les tocaba hacer a sus amigos y compañeros. Porque sí, desde que Beomgyu consiguió el empleo en Moa's Cinema, prácticamente obligó a sus mejores amigos a también unirse para no estar solo. Él lo hacía para poder ayudar a sus padres a pagarse la carrera de medicina, y quizá era más cansado el tener que trabajar y estudiar al mismo tiempo, pero sinceramente no le molestaba del todo. El horario de medio tiempo era flexible y adecuado para sus horas de estudio.

Y sus amigos.....bueno, ellos lo habían aceptado no tanto por necesidad, si no más bien para pasar el rato. Después de todo, no tenían algo mejor que hacer en sus tardes.

Comparando lo que él hacía con lo que hacían sus compañeros, podría decirse que estaba en la gloria. Pues en el otro extremo podía notar todos los días como Taehyun sacaba casi canas verdes con todo el trabajo que tenía. Estar en la zona de cafetería podría resultar acogedor, pero lamentablemente era todo lo contrario.

Pues por un lado Beomgyu tenía ya las palomitas de todos los sabores listas, la máquina de bebidas ya preparada y los dulces y helados solo tenía que tomar los que le pedían y listo. En cambio, Taehyun tenía que realizar los pedidos en el momento.

Hacer cafés helados, frappuccinos, cappuccinos, waffles, pancakes, crepas y demás en el momento en que lo solicitaba el cliente, no era tarea fácil.

Y más aún cuando varios clientes llegaban a montones a la cafetería, Beomgyu casi podría jurar que en momentos así, Taehyun, Jake y Danielle querían arrancarse las cabezas y huir lejos de ahí.

El que quizá tuviera algo similar a lo suyo es Soobin, ese poste de luz únicamente vendía las entradas a las funciones. Era divertido para Beomgyu ver cómo algunas personas le pedían recomendaciones al alto rubio y éste casi siempre les decía lo mismo.

“Vean alguna película de anime” sí, su amigo era un Otaku orgulloso.

—Beomgyu— la voz aguda de Kai lo sacó de sus pensamientos —Dame una botella de agua por favor.

El mayor asintió y después de entregar y cobrar el pedido a la familia indecisa, le tendió una botella del refrigerador más cercano a su adorable amigo.

—¿Estás bien?— cuestionó preocupado, recibiendo de inmediato a la pareja que seguía en la fila —Te ves cansado.

El pelinegro asintió, quitándose las gafas que traía y frotando sus ojos con algo de agresividad, soltando un fuerte suspiro.

—Sí, pero aún me faltan cinco horas aquí — encogió sus hombros —Solo tenía sed y por eso vine. En fin, gracias Beom, tengo que volver, llevo viendo la película de Spiderman como 23 veces en la semana— comentó con un escalofrío recorriéndolo —Nos vemos, voy a mi martirio.

El trabajo de Kai al principio podría sonar muy divertido y despreocupante, a quién no le gustaría estar viendo las películas una y otra vez y prácticamente gratis, pero si a Beomgyu le dieran a escoger, definitivamente sería lo último que elegiría.

Porque estar en la zona de audio y proyección era agotador. Tener que estar encerrado en la cabina, monitoreando que las películas no tengan un contratiempo o que el audio esté en perfecto estado, Choi aún no entendía como Huening no estaba loco.

—Oye Beomgyu ¿Ya no tenemos helados de mango?— Hanni, su compañera de área, le preguntó confundida.

—Sí, hace un rato vendí uno. No creo que se haya acabado— respondió —O si no checa en la parte de atrás, hay otra máquina ahí.

La bajita asintió y se disculpó con su cliente, diciéndole que en un segundo regresaba con el helado de mango.

La fila avanzaba rápido, de suerte que ya no se había topado con clientes indecisos que hasta que llegaran a la caja se ponían a discutir lo que querían. Su día iba bien.

—Oigan— Soobin se metió al área de dulcería —Dejé mi maqueta en el comedor, para que tengan cuidado por favor.

—¿Por qué la traes al trabajo?— cuestionó Beomgyu con incredulidad —Déjala en tu casa.

—Mi hermana está de visita y trae a mi sobrino— comentó su mejor amigo —Y sabes cómo es ése niño de curioso.

El castaño rodó sus ojos y asintió. No era la primera vez que Soobin llevaba sus maquetas de arquitectura al trabajo. Aún no entendía como el gerente Oh le había dado permiso de poder dejarlas ahí.

7:00 PM. Cada vez faltaba menos para que Beomgyu saliera de su trabajo, y la dulcería estaba casi a reventar. Los viernes eran de los días en los que más clientes iban al cine.

—El que sigue por favor— habló en voz alta, con su mirada fija en la computadora, teniéndola lista para el siguiente pedido.

—¡Hola!— se escuchó una voz alegre.

—H-hola— Beomgyu levantó su cabeza, sorprendiéndose un poco pero siendo bueno en ocultarlo, el chico frente a él era demasiado lindo. Cabello pelirosado un poco largo, más alto que él y unos labios carnosos color cereza.

Ya había visto clientes realmente hermosos, pero nunca uno así de bonito.

“Contrólate Choi, estás en el trabajo idiota” se recordó mentalmente.

—Bienvenido a Moa's Cinema ¿Qué desea llevar?— dijo su característica bienvenida que su gerente los obligaba a decir a todos los clientes.

El chico frente a él pareció pensarlo por un segundo y después le guiñó el ojo.

—El combo #3 y a tí.

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Combo #3 ~~~ Yeongyu [Completa]Where stories live. Discover now