𝖲𝖮𝖥𝖳 ↬ 𝐌𝐄𝐀𝐍𝐈𝐄

𝘴𝘦𝘵𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘶𝘯𝘰

Disculpen los errores.

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WonWoo se encuentra leyendo un libro sentado en la comodidad de su cama, la lámpara al lado de su cama es lo único que ilumina su habitación y lo que le permite ver las letras en las páginas.

Una taza con chocolate caliente es llevada hasta sus labios, donde da un ligero sorbo para no quemarse otra vez.

Su lengua ya estaba lo suficientemente escaldada.

En su celular suena música jazz para poder relajarse mientras lee.

Hace semanas que esa era su rutina todas las noches antes de dormir.

Lleva su mano hasta su rostro, y con índice y pulgar sube las gafas por el puente de su nariz hasta acomodarlas en su lugar correcto. El cabello le cae alborotado y ligeramente húmedo por la ducha sobre la frente.

Esa noche hace frío, así que ha decidido usar su mameluco del traje de Jack Skellington. Luce tan adorable.

Un golpe en su ventana lo hace pegar un ligero brinco en su lugar. Voltea pero no ve nada, así que retoma su lectura. Un segundo golpe lo hace fruncir el ceño en confusión (y debe admitir que comienza a estar ligeramente asustado). Al tercer golpe se da cuenta de que son piedras chocando contra el cristal y es cuando se levanta de la cama, colocando el marcapáginas en el libro.

Mira a través del cristal, sin siquiera abrir la ventana un poco, y la sorpresa lo invade.

—¡¿Minnie?!—exclama en un susurro y baja corriendo por las escaleras.

No entiende muy bien por qué su novio no le llamó al celular, o le escribió un mensaje, o simplemente tocó la puerta.

Ay, tantas dudas y ni una respuesta.

Llega a la puerta y quita el pestillo para después abrir.

Su Minnie trae su típica ropa completamente negra, conformada por un pantalón cargo, una camiseta lisa y una chamarra igual, junto a sus botas estilo militar.

Luce tan apuesto que WonWoo siente sus piernas débiles.

Y cuando sus miradas se unen, el corazón de ambos late descontroladamente.

—Hola, bonito.—saluda MinGyu mientras camina hacia WonWoo.

—Minnie, ¿qué estás haciendo aquí a esta hora?

—No es tan tarde, bonito.

—Bueno, lo sé. Pero ¿por qué no tocaste la puerta, o me llamaste o mandaste un mensaje? Me asustaste, Minie.—dice WonWoo, y hace un puchero que MinGyu quiere besar hasta el cansancio.

—Lo siento, bonito. Lo último que quería era asustarte. En realidad quería lanzar piedritas a tu ventana para verme más romántico.—dice rascando su nuca en señal de bochorno.

—¡Ay, Minnie~!—exclama WonWoo y se cuelga del cuello del mayor, sonriendo de esa forma en que su nariz se frunce adorablemente.—Eres tan cursi~

—Sólo un poco, y sólo por ti.

—Bueno, Minnie, pero ¿Por qué viniste? ¿Pasa algo malo?

—No, bonito. En realidad es que quería saber si querrías acompañarme al parque.

—¿Al parque? ¿Ahorita?—pregunta entre asombrado y confundido.

—Sí...

—¿Algún motivo en especial?

—No, nada.

WonWoo sabe que su Minnie está mintiendo, pero no quiere presionarlo, así que asiente con una sonrisa.